Nuevo récord del Delfín de fútbol

El recordista cubano en dominio del balón Johen Lefont, conocido como el delfín del fútbol. Foto: Marita Pérez Díaz / Archivo.

El recordista cubano en dominio del balón Johen Lefont, conocido como el delfín del fútbol. Foto: Marita Pérez Díaz / Archivo.

Doce minutos con el balón en la frente. Doce largos minutos flotando en el agua, sin que sus pies toquen el fondo de la piscina, manteniendo la máxima concentración mental y el equilibrio para que la pelota no caiga de su cabeza. Este es el nuevo récord Guinness del cubano Jhoen Lefont, logrado la mañana de este sábado en el hotel Meliá Cohiba de La Habana.

Los jueces habían puesto un tope de diez minutos para considerar el récord, pero el llamado Delfín del fútbol los complació con creces. En su primer intento en la piscina superó la marca exigida y todo el esfuerzo de la preparación y el ejercicio se convirtió en merecida satisfacción.

“Me siento muy feliz de haber logrado el objetivo, que era vencer los diez minutos, declaró Lefont tras conseguir el récord. Desde los entrenamientos nos propusimos llegar a los doce minutos y también los alcanzamos, así que la satisfacción es todavía mayor. Gracias a Dios hoy no hubo mucho viento y eso me ayudó psicológicamente para hacer la marca.”

Antes de este éxito, el otrora polista del equipo nacional de Cuba tenía ya otros registros mundiales, entre ellos el de 1513 toques al balón con la cabeza dentro del agua y 183 golpeos en un minuto. Sin embargo, la nueva marca le exigió un entrenamiento especial.

“La preparación fue muy exigente, comentó Lefont. Tres meses de gran intensidad que me ayudaron a ganar fuerza y confianza en mí mismo. El inicio fue un poco difícil, porque había subido mucho de peso por una lesión en la cadera, pero gracias al trabajo con el fisioterapeuta pude irme recuperando poco a poco y regresar al entrenamiento.

“Primero me preparé al aire libre. Me dediqué a la resistencia aerobia, hice ejercicios de fuerza para las piernas. Corrí mucho, hice dominios con desplazamiento y también sentado en el suelo. Luego, cuando me sentí más fuerte, comencé los ejercicios en el agua. Y ya finalmente incorporé los toques al balón y el equilibrio como tal. Todo eso me ayudó a enfrentar la prueba seguro de que podía lograr el récord y a trabajar con tranquilidad en la piscina.”

Una vez en el agua, Jhoen le habla al balón y también a sí mismo. Se da fuerza para vencer al cansancio, mientras su entrenador le indica el tiempo logrado cada treinta segundos. El mundo entero se reduce a ese conteo, a la pelota de fútbol pegada a su frente. Las cámaras, las miradas ajenas, las palabras de ánimo y la música que se amplifican en la piscina, parecen no existir para él.

Lefont en el ejercicio del récord en la piscina del Meliá Cohiba. Foto: Marita Pérez Díaz.
Lefont en el ejercicio del récord en la piscina del Meliá Cohiba. Foto: Marita Pérez Díaz.

“Tengo que tener una estrecha comunicación con el balón, que es mi acompañante en ese momento, explicó en exclusiva a OnCuba. Físicamente el esfuerzo es muy grande, sobre todo para la cervical porque es una posición estática en la que tienes que mantener el equilibrio, mirando fijo al balón. Además, tengo que concentrarme al máximo y yo mismo me lo repito, me doy ánimo en voz alta. Así me ayudo psicológicamente a lograr el objetivo.

“El momento más complicado es el inicio, pero una vez que tomo el ritmo de trabajo, que me estabilizo y mentalizo el objetivo, es muy difícil que el balón se me caiga. Tiene que ser que el viento me juegue una mala pasada. De lo contrario, pongo todo mi empeño en que nada me desvié de lograr el récord.”

Jhoen reconoce que haber practicado polo acuático durante muchos años le ha servido como preparación física y mental para alcanzar récords como este. “Me ha ayudado a no sentir presión”, asegura.

El recordista no quiso dejar de agradecer a todos los que lo apoyaron para alcanzar el nuevo triunfo: su familia, su entrenador, su equipo de apoyo y patrocinadores y en particular al hotel Meliá Cohiba donde dijo sentirse “como en mi casa”. Sus últimos récords universales han sido allí y espera que no sean los últimos.

“Me siento en condiciones de superar esta marca, afirma. Debo dar un margen para ver si otro competidor se propone romperla, lo que me daría fuerzas para superarlo”. Sin embargo, ahora Lefont enfocará su preparación en otras modalidades: intentará un récord de 50 metros controlando el balón y luego buscará superar la cantidad de toques en el agua con la cabeza lograda en 2016.

De momento, sus doce minutos con el balón en equilibrio son una meta bien alta para quien intente retarlo. Como es habitual, todo su ejercicio fue seguido por los jueces y la prensa y filmado segundo a segundo para su validación por Guinness.

Cuba posee otros recordistas de dominio del balón, pero en tierra. Los hermanos Erick y Douglas Hernández y el joven Luis Carlos García han inscrito también su nombre en los listados de marcas mundiales. Precisamente los dos últimos fueron testigos este sábado del nuevo registro, junto a otras personalidades de la Isla como el recordista de salto alto Javier Sotomayor.

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