Nuevos horizontes: Wilfredo León y Yoandri Díaz

León

No faltaba más, Wilfredo León y Yoandri Díaz no nos representarán en la próxima Liga Mundial de Voleibol. Han pedido la baja de la selección, a lo que la Comisión Nacional, chistosamente, ha reaccionado, sancionando a ambos jugadores y reteniendo sus solicitudes de partida.

No se trata de dos bajas cualesquiera. Se trata de par de avisos medulares que, aun desoídos por la Comisión, entrañan una realidad imparable: El capitán del equipo (Wilfredo León) y su jugador más experimentado (Yoandri Díaz), la estrella del conjunto (Wilfredo León) y el pasador titular (Yoandri Díaz), el alma (Wilfredo León) y la manija (Yoandri Díaz), “se van”. Y digo “se van” por no decir “se fueron”, ya que, aun trabados sus papeles, el hecho es que ellos ya no estarán sobre la cancha en la próxima Liga Mundial. A ver si la Comisión Nacional comprende de una vez que cuando en Cuba alguien dice “me voy” ya se está yendo, corriendo el zíper, y que de nada vale un “sí, vete”, una lagrimita, un discurso.

Aun si la Comisión Nacional sordamente se opone, bebé León y Yoandri Díaz se largarán, emprenderán viaje, ya por el aeropuerto, ya porque alguna lancha rápida concurra a transportar sus talentos.

Ahora bien, Wilfredo León y Yoandri Díaz han pedido “irse” y se lo han negado muy sopechosa y retrógradamente. Antes que a la Cuba de ahora mismo, la decisión de enfríar sus solicitudes y, sobre todo, de sancionarlas, pudiera recordarnos a la Rumanía del 80, o a la propia Cuba de aquellos años, como si semejante conducta evitase el naufragio del equipo en la Liga, su cada vez más frecuente deambular en la lid. Claro que, si algo es seguro, una vez concluida la liza, por allá por junio, la tele producirá los alardes de rigor: “a pesar de la renovación generacional, a pesar de las ausencias, a pesar del cambio…Cuba va”.

Según los federativos del voleibol, la gravedad del asunto pasa por el compromiso que tenían los jugadores para con el equipo y el momento de la preparación de cara al venidero certamen. Planteamiento lógico, pero resolución fuera de contexto.

Uno pudiera pensar que a León y a Díaz -y más a aquel que a este- la Comisión los tiene por conejillos. Si uno especula, pudiera ver en sus sanciones un intento por detener, de un hachazo, el incontrolable éxodo de voleibolistas hacia el extranjero. Cuando se rumora acerca de un posible cambio en la estructura deportiva, la prensa oficial señala que, al persistir en sus decisiones de abandonar el elenco, los pedidos de uno y otro fueron tomados por indisciplinas graves.

Lo cierto es -y la experiencia lo viene confirmando- que si la obsoleta superestructura deportiva cubana insiste en sus incoherencias, en su política de ordeno y mando, en su juego al gato y al ratón, un día de estos, literalmente, nos quedaremos sin deportistas, perderemos los músculos y -no soy romántico, de veras no- buena parte de la felicidad.

 

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