El mes de julio será determinante en el futuro del boxeo cubano en el exterior. Varios pugilistas antillanos aspiran a brillar en el espinoso mundo del deporte profesional.
El denominado “Verano Caliente” para los cubanos comenzó mal, aunque todos esperan que termine bien. Hace solo unos días, el 28 de junio, Yuriorkis Gamboa, monarca olímpico en su etapa amateur y campeón interino ligero de la AMB, cayó por nocaut en el noveno asalto a manos del titular peso ligero de la Organización Mundial de Boxeo (OMB), Terence Crawford. Mayor alcance, estatura, peso y pegada en esa división de 135 libras, recién explorada por el “Ciclón de Guantánamo”, fueron determinantes en las cuatro ocasiones en que “besó” la lona en Omaha, Nebraska.
La historia recién comienza y de culminar de manera positiva debe proporcionar excelentes dividendos a los casi 50 fajadores cubanos que desafían el destino en lares ajenos.
El estilo de pelea aprehendido en su tierra natal no es santo de la devoción de los patrocinadores ni de los aficionados. Para muchos, es fácil advertirlo, el arte del boxeo es “dar y que no te den”. Sin embargo, pocos desembolsan sustanciosas sumas de dinero para no ver intercambios constantes, cortaduras, nocauts, aunque suene un tanto incomprensible. Pelear de manera aislada, sin ráfagas de golpes, sin impactos certeros y potentes no llama la atención, y si no llamas la atención, los que pagan se olvidan de ti. Y por este sendero anda la muy técnico-táctica Escuela Cubana transpuesta al otro lado.
En busca de variar estos criterios marchan nuestros exponentes. El objetivo es establecer ese poderío anunciado desde la década del noventa, durante la primera ola de deserciones, y que nunca se ha asentado, a pesar de contadas excepciones de primerísimo nivel.
Solo horas restan para que este 3 de julio Hairon “El Majá’’ Socarrás (11-0-1, 8 nocaut) suba al encerado junto a su coterráneo Neslán Machado (5-0-0, 4) en Virginia. Aunque esto es el aperitivo, los platos fuertes reservan duelos de más caché, mayor recorrido, de más presencia y elegancia boxística.
Siete días luego, Rancés Barthelemy (19-0-0, 12), hermano del oro olímpico de Atenas, Grecia, Yan Barthelemy, buscará otra victoria ante el dominicano Argenis Méndez (21-2-1, 1) para palpar nuevamente el título mundial de las 130 libras.
En enero, el capitalino disfrutó del fajín; sin embargo, una reclamación del equipo de trabajo de su oponente, liderado por el exmonarca universal Myke Tyson, hizo que devolviera el galardón y se programara este duelo. La demanda ocurrió por los puñetazos propinados por el de Arroyo Naranjo luego de finalizar el asalto, los cuales decretaron el fuera de combate. En aquella ocasión fue superior durante los minutos que duró el reto.
En esa misma Noche de Boxeo, en la Arena American Airlines, de Miami, pelearán Yuniesky González (14-0, 10 nocaut) contra Vincent Miranda, y Humberto Savigne (12-1, 9 nocaut) versus Jeff Lacy, ambos cubanos en busca de espolear a sus rivales para ser llamados sin ambages a otros escenarios.
Y para nuestra sorpresa debutará el hasta hace poco representante nacional en la Serie Mundial, el futuro de los 75 kilogramos de cara a los juegos de Rio de Janeiro 2016, el agramontino Ramón Luis, a solo dos meses de su deserción en el clasificatorio centroamericano. Su presentación será a cuatro rounds, y con objetivos publicitarios.
El clímax veraniego, cuando los termómetros llegarán a su tope, será el 12 de julio. Erislandy Lara (19-1-2, 12), tercero del ranking de la división superwelter chocará ante uno de los mimados del pugilismo contemporáneo, el mexicano Saúl “El Canelo’’ Álvarez (43-1-1, 3).
El azteca, de 23 años, cedió hace unos meses frente al extraclase Floyd Mayweather Jr. en un combate de unificación. Los asaltos pasaron a los anales de la historia como los más lucrativos de este deporte. Luego, probó suerte con Alfredo Angulo, a quien paseó en todo momento.
Por su parte, el extitular mundial amateur antillano retiró su pelea del 2 de mayo pasado contra Ishe Smith para encontrarse con su afamado y controversial rival, y de paso tener en sus manos, literalmente, la posibilidad de labrar su camino a otros big shows como este en el MGM Grand de Las Vegas. Para la mayoría de los entendidos, este combate puede ser el punto de giro del boxeo cubano rentado.
En esta cartelera auspiciada por Golden Boy Promotions y la cadena SHOWTIME, se agolpa Yoandri Salinas (20-0-2, 13) en una oportunidad nada despreciable. Su contrario será Enrique Quevedo (15-7-1, 9).
El “Verano Caliente” cerrará con la presencia de nuestro máximo exponente, uno de los mejores del planeta libra por libra, pero que no cuenta con la gracia de HBO. Guillermo Rigondeaux (13-0-0, 8) volverá al cuadrilátero para defender su corona de las 122 libras y no dilapidar esta opción ante el experimentado tailandés Sod Kokietgym (63-2-1, 28) en Macao, China. Si el santiaguero no cambia su estilo, poco van a importar sus actuaciones sensacionales, que rozan la perfección. El espectáculo se paga, y como tal, hay que dar lo que quieren ver: combate. La cita está pactada para el venidero 19 de julio.
No se recuerda, al menos en el último lustro, tantas pugnas proyectadas de los cubanos y en recintos de tanta relevancia. Este mes será decisivo. Y cuando el béisbol se lleva las palmas y, como se vislumbra el panorama, continuarán los aplausos gracias a José Dariel Abreu, Yasiel Puig, Alexei Ramírez, Yoenis Céspedes, Odrisamer Despaigne y más, la ¿“pasión del cubano”? deja espacio a otras modalidades. Tal es el caso del boxeo, en un período donde el accionar individual incidirá en lo colectivo y viceversa, en busca de acentuar el protagonismo de los pugilistas antillanos más allá de nuestras fronteras.