Cuba está de vuelta en un Campeonato Mundial de balonmano. La selección nacional masculina, dirigida por Jover Hernández, compite desde este jueves en la lid global que organizan de conjunto Croacia, Dinamarca y Noruega, tres de las mayores potencias de esta disciplina.
Juventud (13 de los 16 jugadores tienen menos de 30 años), buen físico (11 miden más de 1.92) y experiencia profesional en clubes europeos (solo 2 se desempeñan actualmente en Cuba) distinguen a la nómina caribeña, que tiene una base importante del equipo campeón en el Mundial de Naciones Emergentes, celebrado en Bulgaria hace 18 meses.
Estos chicos intentarán que el nombre de Cuba se haga sentir nuevamente en un escenario de máximo calibre, aunque el reto es mayúsculo por la creciente rivalidad y el nivel de los contrarios. Sobre sus hombros tienen el peso de una historia que comenzó a escribirse hace ya más de 40 años y que, tras una larga espera, por fin tendrá continuidad.
Aprovechando esta aventura mundialista, OnCuba te cuenta algunos detalles sobre la historia antillana en lides del orbe.
¿Cuál fue la primera participación Mundialista de Cuba?
Hay que viajar hasta el 23 de febrero de 1982, hacia Göppingen, Alemania, para encontrar la primera experiencia mundialista del balonmano masculino cubano. Ese día, los caribeños se enfrentaron a Yugoslavia y cayeron por abultado marcador de 38-21, nada raro si tenemos en cuenta que los balcánicos avanzaron a la final del torneo y culminaron como subcampeones.
Tras el debut, viajaron a Eppelheim para medirse a Rumanía, ante quienes también perdieron 34-26. La despedida de la fase de grupos fue contra Dinamarca en Sindelfingen, donde dieron más batalla antes de caer 28-21 y terminar últimos de su llave, con balance de 68 goles anotados y 100 permitidos.
Dichos resultados enviaron a Cuba a la disputa de los lugares del 13 al 16. En esa ronda de consuelo, los antillanos terminaron invictos, con triunfos sobre Japón (25-20) y Kuwait (34-30), mientras igualaron con Argelia (21-21). De esta forma, evitaron caer al sótano de la lid y culminaron en el puesto 13.
¿Cuál es la mejor actuación cubana en Mundiales?
En los años 90 del siglo pasado, Cuba era la reina del balonmano masculino en América. Naciones que hoy son potencia, como Argentina o Brasil, no podían con el empuje de una generación dorada que integraban Julio Fis, Ivo Díaz, Rolando Uríos, Humberto Julien, Carlos Reinaldo Pérez, Roberto Duranona y Vladimir Rivero, por solo mencionar algunos nombres.
Estos jugadores reinaron en los Panamericanos de la disciplina celebrados en 1994, 1996 y 1998, y también subieron a lo más alto del podio en los Juegos continentales de La Habana 1991, Mar del Plata 1995 y Winnipeg 1999. No es de extrañar entonces que el mejor resultado de Cuba en Mundiales llegara precisamente en esa época, en concreto durante la cita de Egipto 1999.
En El Cairo, los antillanos comenzaron con el pie izquierdo, pues perdieron con Alemania (25-34) y los anfitriones (29-31) en sus 2 primeras presentaciones, pero resurgieron con triunfos inapelables sobre Macedonia (32-18), Arabia Saudita (36-24) y Brasil (31-24). Pese a los 2 fracasos iniciales, clasificaron a octavos de final, donde se cruzaron con la potente escuadra de Dinamarca.
Fue un partido que comenzó algo lento para los antillanos, que al final de la primera mitad perdían por la mínima (13-14), pero en el segundo período sacaron su mejor versión y pasaron por encima de los europeos. Con un Rolando Uríos en plan estelar, los caribeños marcaron 19 goles por solo 10 de los daneses. La pizarra quedó en un aplastante 32-24.
Esa victoria dio el pase a la ronda de los 8 mejores, en la que los cubanos se enfrentaron a Suecia. En este choque ya no pudieron imponerse, aunque le dieron guerra a los nórdicos, que a la postre se coronaron. En la primera parte, Cuba acabó debajo 13-19, pero en el complemento soportaron el ritmo de los suecos y terminaron 13-14, para un cómputo global de 26-33.
Tras este encuentro los antillanos tuvieron oportunidad de escalar posiciones hasta el quinto escaño, pero perdieron nuevamente contra Alemania y Egipto en las rondas de consuelo. Finalmente ocuparon el octavo lugar. Esta no es solo la mejor ubicación histórica de Cuba, sino de todos los países de América.
¿Cuándo participó Cuba por última vez en un Mundial?
Después del gran resultado en Egipto, Cuba desapareció de las citas de orbe durante una década. Atrás quedaron las seis participaciones mundialistas de 1982 a 1999, en las que siempre consiguieron colarse entre los 15 mejores. La emigración definitiva y la nacionalización de los principales puntales del equipo abrieron un período oscuro para el balonmano masculino en la isla, que en el presente siglo no ha ganado ni una sola corona continental.
La sequía en Mundiales terminó en 2009, cuando regresaron a la lid de Croacia, aunque sin demasiada fortuna. Un total de 4 derrotas en 5 presentaciones durante la fase de grupos los eliminó temprano de la batalla por entrar al cuadro de los 12 mejores, y en las rondas de consuelo solo superaron a Australia, por lo que culminaron en el puesto 20.
A partir de ese momento se abrió otro vacío mundialista, que finalmente acabará en la cita organizada en estos momentos por Croacia, Dinamarca y Noruega.
¿Ha subido algún cubano al podio en citas del orbe?
El balonmano es un deporte colectivo, por lo que pudiéramos pensar que, si Cuba nunca ha estado en el podio de Mundial, tampoco ningún jugador de la isla ha logrado colgarse una medalla. Sin embargo, hay un error en esa sentencia, de hecho, dos exponentes antillanos han saboreado las mieles del triunfo en la historia de las citas del orbe.
Hablamos de Rolando Uríos y Rafael Capote, quienes con 10 años de diferencia lograron disputar sendas finales en lides universales. Uríos, después de trascender como la gran estrella de los conjuntos cubanos a finales de los años 90, se radicó en España y triunfó plenamente, al punto de ser convocado por la selección ibérica para torneos internacionales de primer nivel.
El bayamés, considerado en su momento como uno de los mejores pivotes del mundo, estuvo en la lid global de 2005 en Túnez, donde Los Hispanos se coronaron por primera vez en su historia tras superar en la gran final a Croacia con marcador de 40-34. Uríos también conquistó la medalla de plata en el Europeo de Suiza en 2006.
Por su parte, Rafael Capote llegó a la final del Mundial de 2015 en Qatar, vistiendo precisamente la camiseta del equipo árabe. El habanero se nacionalizó para esa cita del orbe, en la que los anfitriones reunieron en su plantilla a jugadores de distintas partes del mundo para aspirar a un histórico resultado.
La fórmula rindió frutos, pues fueron matando rivales de consideración como Austria, Alemania y Polonia hasta colarse en la final, en la que ya no pudieron con Francia. Capote terminó quinto entre los máximos anotadores del evento, con 48 goles en 78 intentos de disparo.
Ya con 37 años, el lateral izquierdo se mantiene activo en el Al-Duhail, club del circuito profesional catarí en el que milita desde 2018. Además, todavía forma parte de la selección nacional y estará en la presente edición mundialista.
Es válido apuntar que Capote no será el único cubano que represente a otra nación en la cita del orbe de Croacia, Dinamarca y Noruega. También estarán Frankis Carol (Qatar) y Víctor Iturriza (Portugal).
¿Cómo está integrada la actual nómina mundialista de Cuba?
Desde hace bastante tiempo los balonmanistas cubanos lograron insertarse en circuitos profesionales, mayormente en Europa, donde hay un sinfín de oportunidades en distintas categorías. Catorce de los 16 efectivos de la plantilla caribeña en la presente edición mundialista se desempeñan en estas ligas del Viejo Continente, con mayor presencia en España y Portugal.
Por ejemplo, los hermanos Frank y Samuel Cordiés se desempeñan en el Huesca, mientras que Dariel García (Bidasoa Irun) y Claudio Ramos (Puente Genil) también juegan en la Liga Asobal, máximo nivel del balonmano en España. En divisiones inferiores aparecen el portero Magnol Suárez (Mallorca), una de las estrellas del grupo, y los experimentados Adonis García y Eduardo Valiente.
En tanto, Christopher Selles (ABC Braga), Freddy Lafontán (Victoria Setubal) y Víctor Dawkins (Maritimo Madeira) están contratados en Portugal, y el portero Adán Martínez viste los colores del MRK Cakovec en Croacia.
Las puntas de lanza del conjunto, y sobre quienes recaerán las mayores responsabilidades, son los laterales Hanser Rodríguez y Ronaldo Almeida, dos portentos con mucha energía y juventud que no están junto a la mayoría en Portugal y España.
Balonmanistas cubanos conquistan el Mundial de Naciones Emergentes
Hanser, el puñal por la izquierda, es miembro del RK Vadar, el club más laureado de Macedonia del Norte, mientras Ronaldo Almeida defiende al US Ivry en Francia, otro de los circuitos más exigentes de Europa.
La nómina la completan Esniel Negret, un joven guardameta santiaguero de 21 abriles, y el prometedor Osmani Miniet. El extremo derecho de Artemisa tiene 18 años y ya ha dado de qué hablar, pues fue el máximo goleador del Torneo Júnior de NORCA celebrado el pasado curso.
Como detalle importante, Ronaldo, Hanser, Magnol, los hermanos Cordiés, Christopher Selles y Víctor Dawkins estuvieron juntos en el más reciente Mundial de Naciones Emergentes en Bulgaria, donde subieron a la cima.
¿Qué perspectivas tiene el equipo en la lid global de 2025?
A pesar del potencial individual del equipo cubano, habrá que ver cómo funciona el grupo. Si bien Jover Hernández cuenta con jugadores de calibre, el hecho de que no compitan juntos frecuentemente y de que la etapa preparatoria no haya sido tan prolongada son factores que pueden jugar en contra de la dinámica colectiva, vital en este tipo de certámenes.
No obstante, el sueño de avanzar a la ronda de los 24 mejores está al alcance si logran vencer en el cierre de la fase de grupos a Cabo Verde, el oponente más débil de la llave G.
Los africanos han disputado los 2 últimos Mundiales, ocupando los puestos 32 y 23 en 2021 y 2023, respectivamente. Debutaron en citas del orbe en Egipto, hace 4 años, y perdieron sus 7 encuentros, para finalizar en la última posición. En la cita de Polonia y Suecia en 2023 dieron un salto considerable tras vencer a Uruguay en la primera ronda y colarse entre los 24 mejores. Sin embargo, experimentaron un descenso en el Campeonato Africano de 2024, en el que perdieron con Argelia y Túnez en los duelos decisivos y quedaron fuera del podio.
Cabo Verde contará en el Mundial con sus jugadores más destacados de los últimos eventos internacionales. Para Cuba, este choque con los africanos será una especie de final en la que no hay favoritos, a juzgar por los pronósticos de sitios especializados, que auguran un encuentro parejo.
Los otros dos rivales de los antillanos en esta cita del orbe serán huesos duros: Eslovenia e Islandia, ante los cuales hay muy escasas posibilidades de victoria.
Los balcánicos, herederos de los potentes equipos yugoslavos, son el “coco” de la llave. Todavía está fresco el recuerdo de los Juegos Olímpicos de París, donde se colaron entre los cuatro grandes, aunque perdieron por la mínima contra Dinamarca en semifinales y contra España en la discusión del bronce.
Por su parte, Islandia vivirá su octavo Mundial consecutivo y su vigesimotercera participación en estas lides. Los escandinavos afrontarán el certamen con las importantes bajas por lesión de Ómar Ingi Magnússon y Arnar Freyr Arnarsson, pero deben escoltar a Eslovenia si no hay ninguna sorpresa.