Portugal fue la gran sorpresa en el Mundial de balonmano masculino que terminó este domingo con el cuarto título consecutivo de Dinamarca. El equipo luso, en apenas su sexta clasificación a citas del orbe, se coló en semifinales, donde cayó precisamente contra los daneses, y al final terminó en un histórico cuarto lugar.
Los portugueses, dirigidos por Paulo Pereira, ganaron su grupo con victorias ante Estados Unidos, Brasil y Noruega, mientras en la segunda ronda empataron ante Suecia, derrotaron a España, bronce olímpico de París 2024, y a Chile para asegurarse en cuartos de final. En esa instancia, ya definiendo el pase a la lucha por las medallas, vencieron en un ajustadísimo duelo (31-30) a Alemania, plata en la última lid estival y uno de los favoritos a la corona global.
Después de esta racha victoriosa, Portugal sucumbió en semifinales contra los invencibles daneses (llevan 37 triunfos consecutivos en Mundiales), quienes les propinaron una paliza de 40-27, y en la disputa del bronce perdieron por la mínima (34-35) en un trepidante duelo ante Francia.
Un cubano en las huestes lusas
En la histórica actuación del equipo luso resultó determinante el cubano Víctor Iturriza, pívot de 34 años que juega hace nueve temporadas en la Liga Andebol de esa nación europea. Entre 2014 y 2016 vistió la camiseta del Artística de Avianca y hace nueve años milita en el FC Porto, con quienes suma ocho títulos, entre ellos cuatro cetros de Liga.
A nivel de selecciones, logró una clasificación histórica a los Juegos Olímpicos Tokio 2020, por encima de un equipo tradicional como Croacia. En ese momento, todo el conjunto portugués dedicó el éxito a otro cubano: el portero Alfredo Quintana, quien era el titular y había fallecido unos meses antes.
Iturriza también estuvo en el décimo lugar mundialista de Portugal en 2021, y en el puesto 13 alcanzado dos años después en la cita de 2023, en los que anotó 14 y 21 goles, respectivamente.
En la recién finalizada lid del orbe, el habanero fue una de las grandes figuras de Portugal. Tuvo una actuación tan sobresaliente que fue escogido como el pívot del Todos Estrellas del torneo, junto a sus compañeros Martim Costa (mejor central) y Francisco Costa (mejor jugador joven).
Los lusitanos acompañaron a los daneses Mathias Gidsel (MVP de la justa y máximo anotador), el portero Emil Nielsen y el lateral izquierdo Simon Pytlick, además de los croatas Mario Sostaric (extremo derecho) e Ivan Martinovic (lateral derecho), y el francés Dylan Nahi (extremo izquierdo).
Iturriza resultó el máximo goleador de su equipo en los dos partidos que definían las medallas con 11 anotaciones: cuatro ante Dinamarca en semifinales y siete contra los franceses, duelo en el que tuvo una efectividad perfecta de cara al gol.
El pívot cubano resultó el cuarto en mejor efectividad en toda la justa con 36 goles anotados en 42 intentos, para un fabuloso 86 %. Además, fue el sexto desde la posición de seis metros, en la que se gana muy bien la vida, con 28 goles en 32 intentos (87,5 %).
Pero lo más notable es que no solo hizo el trabajo en labores ofensivas. A la defensa terminó como tercero en robos (diez), y un promedio de 1,1 por partido. Finalizó en el puesto 13 en tiros bloqueados (seis).
Entre los castigados concluyó en el noveno puesto con 18 puntos, gracias a su liderato en expulsiones de dos minutos (nueve), lo que refleja cuanto se aplicó en defensa. Cumplió de un lado y de otro.
Iturriza resultó una figura clave en el excelente resultado de los llamados Héroes del Mar. Hizo recordar al mítico Rolando Uríos, quien fue en su momento el mejor pívot del mundo, y brilló con las selecciones de Cuba y España.
Un cubano en el Todos Estrellas del Mundial de Balonmano Croacia, Dinamarca, Noruega 2025. ¿Quién lo hubiera presagiado?
Otras notas sobre los cubanos
El veterano Frankis Carol, representando a Catar, se destacó como el décimo anotador de la justa (42). Además, terminó en el lugar 14, sumando goles y asistencias (55).
Lo mejor por el equipo cubano, derrotado en todos sus encuentros, estuvo en el décimo escaño en asistencias (26) de Frank Cordiés, quien también se ubicó séptimo en faltas técnicas (22).
Lo demás fueron notas negativas para Cuba, que se situó en el último lugar de la justa en su regreso mundialista después de 16 años de ausencia. Los números de la selección fueron discretísimos. En todo el torneo recibieron 250 goles, más que ningún equipo, lo que demuestra la nula efectividad en defensa. Además, finalizó en el puesto 27 en promedio de goles anotados por partido (24,5).
Cubanos perdieron todos los partidos y terminaron últimos en el Mundial de balonmano
En efectividad tampoco destacaron, con muy bajos porcentajes tanto en los tiros totales como en las acciones desde los nueve y seis metros. El juego colectivo fluyó muy poco con el puesto 29 en asistencias, y el penúltimo lugar en promedio de faltas técnicas por partidos. En el aspecto defensivo, solo destacaron los cinco robos de Víctor Manuel Dawkins.
Cuba ha tenido una de las peores actuaciones de un equipo colectivo en Mundiales. Y no asombra, porque esa es la realidad que viven actualmente en la isla estas disciplinas, a las que les cuesta, incluso, clasificar para una lid del orbe. La edad de oro de los deportes colectivos en nuestro país quedó en el pasado.
Para el balonmano este es un duro golpe, aunque para la historia quedará que estuvimos entre los peor y lo mejor del Mundial. Por una parte, la selección fracasó, pero Víctor Iturriza sacó la cara de forma individual vistiendo los colores de Portugal.