El australiano Nick Kyrgios derrotó hasta tres top-10 en su camino al título del ATP 500 de tenis de Acapulco y ahora se postula como un contendiente de máxima peligrosidad para la inminente microgira estadounidense de canchas duras que comienza en Indian Wells (del 7 al 17 de marzo).
La promesa de las antípodas manda un aviso para navegantes en esta temporada 2019.
En el estadio Pegaso del Abierto Mexicano de Tenis (AMT), el “chico malo” de Canberra –puesto 72 del mundo– desplegó un juego fluido y variado, con su potente saque como mascarón de proa, para despachar en dos sets (6-3, 6-4) a su colega de generación Alexander Zverev, número 3 de la clasificación universal.
Antes, en semifinales, había vencido al estadounidense John Isner (9), mientras que en octavos se impuso al español Rafael Nadal (2).
Como durante toda la semana, el aussie dispuso de un drive afilado y de sintonía fina para depositar sus drop shots, un ida y vuelta entre la red y la línea de base que en ciertos pasajes del match desconcertó a su rival tanto como exaltó al público mexicano, que terminó haciendo las paces y deleitándose con el tenista de 23 años.
Al inicio del segundo parcial ambos tenistas intercambiaron quiebres; fue la única oportunidad en que Zverev pudo convertir sus oportunidades sobre el servicio del número 72 del listado mundial. El alemán ya había destruido una de sus raquetas tras desaprovechar varios puntos para recuperar un break que terminaría siendo definitivo en la primera manga (6-3).
Kyrgios volvió a calibrar su saque y su mejor juego para sostener el 2-2 en el segundo set, justo antes de conseguir un quiebre (3-2) que le bastaría para llevarse el “Guaje” y un sombrero de charro en la ceremonia de premiación.
Tras el partido, Kyrgios aseguró que el encuentro del torneo fue el que libró ante Nadal, cuando tuvo que recuperarse de tres match points antes de salir victorioso.
Más tarde, reconoció en rueda de prensa que, aparte de su gran juego en los últimos días, también se precisa mucha suerte para ser campeón. Pude haber perdido contra Rafa Nadal en segunda ronda, comentó.
La reflexión del australiano vino luego de que le preguntaran acerca de sus opciones para ganar Masters 1000 y Grand Slams, o bien para figurar entre los 10 primeros del ranking. Kyrgios dijo creer que su juego es de top-10, pero no así su profesionalidad y el nivel de esfuerzo que pone en su preparación.
En tal sentido elogió a tipos como el propio Nadal o Novak Djokovic, líder de la clasificación ATP, o el propio Zverev. Ellos hacen lo correcto todos los días para estar ahí, anotó.
“Yo ni siquiera tengo un entrenador”, dijo, sentado junto a su trofeo de campeón, el cuerpo incómodo en la silla, el rostro y la mirada oblicuos como esquivando los micrófonos.
En todo caso, Kyrgios aseguró que estaría listo para los próximos torneos de Indian Wells y Miami. “Soy una máquina”, soltó finalmente.
La jornada final del AMT también vio coronarse a la china Yafan Wang, quien venció por 2-6, 6-3 y 7-5, tras dos horas y nueve minutos, a la estadounidense Sofía Kenin. Fue su primer trofeo como profesional en el circuito WTA.
En dobles femeninos, la bielorrusa Victoria Azarenka y la china Saisai Zheng pasaron por encima (6-1, 6-2) de la pareja integrada por la mexicana Giuliana Olmos y a la estadounidense Desirae Krawczyk.
La última historia del AMT 2019 fue un premio de consolación para el clan Zverev. Media hora después de su derrota en singles ante Kyrgios, el joven Sascha se unió a su hermano mayor, Mischa Zverev, en la final masculina de dobles frente al también australiano Artem Sitak y el estadounidense Austin Krajicek.
Los hermanos ruso-germanos vinieron de atrás para llevarse en tiebreak el segundo set y luego sellar su victoria en la muerte súbita, con marcador global de 2-6, 7-6, 10-5.