“Terminé con Matanzas; tengo 60 años y voy a descansar”.
Entre otras cosas igual de terminantes, eso dijo Víctor Mesa durante la rueda de prensa que sucedió al último partido de play off entre su equipo y Granma. Acababa de perder por enésima vez una oportunidad de coronarse en la Serie Nacional, vencido por el plomo del adversario y la incapacidad de sus hombres para crecerse.
Contrario a lo que cabría esperar por la experiencia de años anteriores, el manager yumurino no llegó con la mecha encendida ni bufando. Dicen que fue cordial para aceptar el reto de declarar tras la derrota, y se sentó frente a los periodistas sin denotar molestia. La procesión seguramente iba por dentro, pero no la dejó ver, quién sabe si por madurez o por resignación o por soberbia.
Lo cierto es que allí estuvo, a contrapelo de los vaticinios que apostaban por que se ausentaría. No se justificó. Incluso estuvo cerca de aceptar –cosa que ya es bastante– su premura a la hora de sustituir a Yoani Yera en el montículo. Tuvo algunas palabras de elogio para Guillermo Avilés (“se puso bravo con el bate”, sentenció), y sostuvo que la final entre granmenses y avileños será un buen espectáculo. Después de eso, la escena estaba lista para aclarar sus posiciones…
“El trabajo en Matanzas fue muy bueno –aseguró. Seis años, seis medallas. Pero cuando tú tomas un equipo sotanero y trabajas como lo hicimos y los jugadores no son capaces de definir campeonatos, ocurren estas cosas. Para mí esta etapa ha terminado”.
¿Será –le preguntaron– que está en busca de la dirección de Industriales, tal como se rumora persistentemente?
“No tengo en mente dirigir Industriales ahora, contestó de inmediato. Conmigo nadie ha hablado para eso. Todo es falso. Pura especulación. Voy a estar tranquilo. No quiero decir que no dirijo más porque estoy al servicio del béisbol cubano, pero tendrían que hablar conmigo y convencerme. No me gustaría volver con ningún equipo. Ayudaré y apoyaré en lo que se me pida, pero la idea es no dirigir más. Lo que quiero ahora mismo es descansar. Voy a ver los toros desde la barrera”.
¿Retirarse del juego no implicará quedar eliminado de cara al próximo Clásico Mundial?, indagó alguien, y él probó haber estado esperando el lanzamiento.
“Yo no sé nada de eso. Nunca voy a renunciar a dirigir a Cuba, pero el único equipo que no ha dado su manager para ese evento es el de nosotros. Hay tremendo misterio con eso y dicen que pondrán al manager después que se acabe la Serie”, apostilló para tomar un aire y redondear: “Si no lo han decidido y no me han puesto hasta ahora, pues entonces que pongan el director que gane y ya”.
Así habló Víctor Mesa, el rey de los desplantes, la voz más personal de la pelota cubana a día de hoy. Un personaje lleno de lunares y verdades, y aunque a muchos les cueste admitirlo, el oasis en medio de un desierto de bostezos.
Para bien o para mal, es seguro que vamos a extrañarlo.