Por Javier Leñador González-Páez, Universidad de Sevilla
A principios de este mes se publicaba el último tráiler de Inside Out 2 (Del revés en España e IntensaMente en Latinoamérica), y en él aparecía un personaje peculiar que personificaba un concepto muy presente a nivel cultural, pero aún bastante desconocido a nivel psicológico, puramente emocional. Hablamos de Nostalgia.
Lo que por la mayoría era visto como una simple aparición burlona, para los estudiosos de la emoción suponía no solo una grata sorpresa, sino una grandísima oportunidad para acercar la emoción al gran público, especialmente al más joven.
La realidad ha resultado ser algo más modesta; Nostalgia aparece fugazmente en dos escenas de la película y, a pesar del asesoramiento científico con el que se ha contado, caracterizada de un modo que no termina de reflejar la realidad de la emoción según los últimos estudios psicológicos.
Las emociones complejas en Inside Out 2
La trama que desarrolla Inside Out 2 tiene que ver con la aparición de las emociones complejas o “sofisticadas” en el sistema emocional de la protagonista, Riley, que acaba de cumplir 13 años.
Ansiedad, Vergüenza, Envidia y Ennui (aburrimiento) se presentan abruptamente en la sala de control para acabar tomando el mando de la vida emocional de la adolescente. Capitaneadas por Ansiedad, mandan a las emociones básicas al ostracismo. Éstas tienen entonces que luchar por volver a la sala de control, acabar con la tiranía de Ansiedad y así restablecer cierta estabilidad y sentido de identidad.
Pero ¿qué son las emociones complejas? Pues podemos definirlas como un subtipo de emociones caracterizadas por una mayor implicación cognitiva, lo que las hace menos inmediatas y más sujetas a factores culturales e individuales. No son esenciales para la supervivencia, como las emociones básicas, pero sí fundamentales en nuestro desempeño social, en la interacción con los otros y en la conformación de nuestra identidad.
Es cierto que en la adolescencia las emociones tienden a intensificarse y que en la pubertad se produce un proceso de transición psicológica e identitaria que da mayor protagonismo a las emociones complejas, pero el filme nos puede inducir a pensar que éstas no juegan ningún papel hasta entonces. En contra de esta idea, basta ver en nuestro día a día a niños de muy corta edad comportándose con celo o envidia, o con remordimientos por haber actuado mal. Así, aunque se puede decir que las emociones complejas nacen más tarde que las básicas, ya están presentes en edades tan tempranas como los cuatro años.
Además, no se presentan abruptamente en nuestro sistema emocional, como el largometraje puede dar a entender, sino que conviven y necesitan de las emociones básicas. Nuestro organismo no tiene mecanismos independientes para las distintas categorías emocionales, sino que las complejas se expresan por el mismo canal preparado para las emociones básicas.
Nostalgia viste de forma antigua
Entre las emociones complejas se encuentra la nostalgia, que en el filme se representa como una anciana amable, adorable. Esta imagen sin duda coincide con la revisión que se ha hecho de la nostalgia desde la psicología, situándola como una emoción eminentemente positiva, a pesar de las notas melancólicas que podemos experimentar.
Sin embargo, presentándola vieja, languideciente y apocada, con un peinado desfasado y un color apagado, los creativos de Inside Out 2 siguen cayendo en la clásica asociación de lo nostálgico con lo carca, con lo retrógrado, como una emoción tendente a lo letárgico e inmovilizador, en contra de lo que muestran recientes estudios psicológicos.
Nostalgia viste con un chal de punto sobre un vestido de flores y zapatillas de andar por casa. Pero lo que más llama la atención son las gafas de montura blanca y cristales rosas: ¿se trata de una alusión a que con la nostalgia tendemos a verlo todo “color de rosa”? En tal caso se trataría de una simplificación excesiva. Como toda emoción compleja, la nostalgia se ve orientada por un flujo constante de creencias. Si bien por momentos pudiera parecer que tiende a dulcificar el pasado, lo cierto es que en muchas ocasiones acabamos relativizando este pensamiento, cayendo en un tipo de nostalgia mucho más crítica.
La adolescencia crea recuerdos pero no los añora
Pero no es solo su apariencia. En los escasos segundos que Nostalgia está en pantalla, ésta interactúa con el resto de emociones. Su “qué tiempos aquellos” para referirse a algo que acaba de suceder solo puede leerse desde la comedia y la ironía, pues sabemos que los recuerdos involucrados en la nostalgia suelen referirse a momentos pasados años atrás, cuando sentimos aquello como algo deseable y al mismo tiempo irrecuperable.
Más interesante es lo que le dicen las otras emociones a Nostalgia: que vuelva en 10 años, cuando Riley haya vivido un par de graduaciones y la boda de alguna amiga. Aquí los guionistas de la serie apuntan en buena dirección, pues, aunque la adolescencia sea un contenido habitual de los recuerdos nostálgicos, la evidencia muestra que ésta empieza a ser importante en torno a los 18-20 años y que nos vamos haciendo más nostálgicos conforme vamos envejeciendo.
Igualmente, aunque cualquier estímulo y recuerdo pueda protagonizar nuestra nostalgia, lo cierto es que los grandes eventos, como graduaciones o bodas de seres queridos, son más proclives a producir la emoción.
Nostalgia para hacerle frente a Ansiedad
No es casualidad que sea Ansiedad la que interpele directamente a Nostalgia y la que la termine echando de la sala de control. Ansiedad es una emoción preocupada por escenarios futuros amenazantes que, literalmente, pretende “romper con el pasado”. Reniega de él, sabiendo que puede llegar a frustrar sus planes, pues los recuerdos pueden mover afectivamente a Riley, llamando a emociones que puedan ayudar a aplacar su ansiedad. Es como si supiera que Nostalgia, a pesar de su aspecto indefenso, es capaz de debilitarla.
Y esta es precisamente la realidad que dibujan varios estudios, tanto a nivel psicológico como cultural. La nostalgia puede entenderse como una respuesta natural a esa ansiedad que nos produce un presente acelerado repleto de cambios, una suerte de mecanismo de defensa con el que revalorizamos etapas vitales precedentes para continuar mirando al futuro con mayor sensación de control. Quizá con Nostalgia todo hubiera sido mucho más fácil dentro de la mente de Riley.
Javier Leñador González-Páez, Personal investigador en formación en el departamento de Escultura e historia de las artes plásticas, Universidad de Sevilla
Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation. Lea el original.