El presidente Donald Trump se sigue negando a conceder la victoria al presidente electo Joe Biden, y continúa haciendo afirmaciones infundadas sobre fraude electoral generalizado.
Su campaña ha presentado más de una docena de demandas en al menos cinco estados. Pero los jueces han desestimado la mayoría de los casos rápidamente, a menudo por falta de pruebas.
“No es permisible que se dañe a la ciudad de Detroit cuando no hay pruebas para respaldar las acusaciones de fraude electoral”, dijo el juez Thimothy Kenny para desestimar uno de los casos.
Los republicanos sostenían que los miembros de las mesas se habían dedicado a “arreglar” en su contra las papeletas rechazadas por las máquinas que procesan los votos, algo que puede suceder si están manchadas o arrugadas.
El juez dictaminó que las alegaciones se basaron en “meras especulaciones”, entre otras cosas porque la ley permite duplicar esas papeletas para que la copia pase sin problemas por el escáner y sea tabulada correctamente.
Hoy martes por la noche funcionarios de la campaña dijeron que presentarían una nueva demanda en Michigan alegando que sus observadores electorales fueron acosados o rechazados. Pidieron al Secretario de Estado de Michigan no certificar los resultados de las elecciones.
El abogado Mark “Thor” Hearne prometió “pruebas abrumadoras” y declaraciones juradas. Los observadores electorales no tienen ningún papel en el recuento de votos.
En Pensilvania la campaña de Trump afirma que la votación por correo no incluyó las mismas garantías que la votación en persona, incluida la verificación adecuada de las identidades de los votantes y el monitoreo por parte de los observadores. Se mostró en desacuerdo con el recuento de votos recibidos hasta tres días después de la elección.
Trump también presentó un litigio porque a observadores suyos, supuestamente, se les impidió presenciar el recuento de votos en Pensilvania. Y ha desafiado al Secretario de Estado, quien instruyó a los condados que los votantes cuyas boletas ausentes fueron rechazadas podrían utilizar una boleta provisional.
El presidente ha obtenido una sola victoria hasta ahora: un tribunal estatal dictaminó que los observadores de su campaña debían estar más cerca del conteo de votos. Este fallo no tuvo ningún impacto en el resultado de las elecciones.
Otras demandas presentadas por la campaña han sido desestimadas. Otras están pendientes.
El lunes su campaña demandó a Pensilvania para que no certificara por completo los resultados de las elecciones. La demanda no contenía evidencia de fraude electoral, aparte de un numero de acusaciones: por ejemplo, que un trabajador electoral en el condado de Chester alteró las boletas al cambiar los votos que se habían marcado para Trump a otro candidato.
Algunos republicanos presentaron otras demandas argumentando que las juntas electorales de los condados habían violado el código electoral de Pensilvania al contactar a los votantes que habían cometido errores en sus boletas y darles la oportunidad de enmendarlas haciendo correcciones. Hasta ahora, esas demandas no han logrado descalificar las boletas.
Los abogados y el personal de campaña de Trump sostienen que la elección no ha terminado y que están investigando reclamos en varios estados, aunque continúan sin aportar evidencia de fraude generalizado.
Por su parte, los principales líderes republicanos han apoyado los esfuerzos del presidente para desafiar los resultados de las elecciones en los tribunales.
El líder de la mayoría en el Senado, Mitch McConnell, dijo que Trump estaba “100% en su derecho de investigar denuncias de irregularidades y sopesar sus opciones legales”.
El fiscal general William Barr autorizó al Departamento de Justicia a investigar “acusaciones de irregularidades claras y aparentemente creíbles”.
Fiscal general William Barr autoriza investigar “irregularidades en el voto”
Todas las disputas sobre los conteos en cada estado deben resolverse antes del 8 de diciembre.
Los miembros del Colegio Electoral votan el 14 de diciembre. La Cámara y el Senado de Estados Unidos celebran una sesión conjunta el 6 de enero de 2021 para contar los votos electorales de cada estado.
Los principales líderes demócratas acusaron a Trump de intentar privar de sus derechos a los votantes y anular una elección que inobjetablemente perdió.
Un equipo de 28 observadores internacionales de la Organización de los Estados Americanos (OEA) emitió un informe preliminar en el que elogió las elecciones mientras criticaba las acusaciones infundadas de fraude sistemático, informa el Wall Street Journal.
“El día de las elecciones, los miembros de la Misión estuvieron presentes en los lugares de votación en Georgia, Iowa, Maryland, Michigan y el Distrito de Columbia, y observaron el proceso desde la apertura de los centros de votación hasta el cierre de las urnas y el depósito de materiales de votación con las autoridades locales correspondientes”, dice el informe. “Los miembros de la Misión también visitaron los centros de tabulación para observar el recuento de los resultados. En las jurisdicciones que observó, la Misión encontró que el día avanzaba de manera pacífica”.
Y prosigue: los intentos de detener el conteo en Michigan, Pensilvania y Arizona “fueron claros ejemplos de intimidación de los funcionarios electorales”.
Para concluir: “es fundamental que los candidatos actúen de manera responsable presentando y argumentando reclamos legítimos ante los tribunales, no especulaciones infundadas o dañinas en los medios públicos”.