Forzado a jugar a la defensiva para conservar votos en el Colegio Electoral, el presidente Donald Trump visita hoy miércoles Iowa, un estado que ganó por amplio margen en 2016, pero donde el demócrata Joe Biden está en ascenso.
La nutrida agenda de viajes esta semana refleja que el tramo de tres semanas hacia la jornada electoral se le hace cuesta arriba al presidente. Pasó por Pensilvania y Florida, e irá a otro estado disputado que probablemente será crucial —Carolina del Norte—, además de Iowa y Georgia, que Trump creía tener en el bolsillo pero donde las encuestas recientes muestran el ascenso de Biden.
Los dos candidatos ajustaron sus campañas ayer martes para motivar a votantes que bien pudieran resultar decisivos en los comicios del mes próximo.
Biden, que no ha previsto actos públicos para el miércoles —algo inusual a 20 días de la elección— fue a Florida el martes a cortejar a los votantes adultos mayores. Su intención era propinarle un golpe de nocaut a Trump en un estado que el presidente necesita ganar, otro sector donde el republicano ha perdido apoyo.
Trump visitó Pensilvania, posiblemente el estado más importante en el mapa electoral, donde lanzó ataques feroces a la aptitud física de Biden para ejercer el cargo.
“Está acabado, gente. Lamento decirlo, está acabado”, dijo Trump ante una multitud en Johnstown. Dijo que su triunfo era más necesario en vista de que Biden era el peor candidato presidencial de todos los tiempos. “¿Se imaginan perder ante un tipo como este? Es increíble”.
En su segundo evento después de contraer la COVID-19, Trump habló durante más de una hora ante miles de personas, sin distanciamiento social y con muy pocos nasobucos. Dijo que su enfermedad era cosa del pasado y amenazó con besar a algunos de los presentes para demostrar su inmunidad.
Biden pasó el día en Florida, su tercera visita al estado en un mes, para ampliar su mensaje a los votantes ancianos. Para Trump, “ustedes son descartables, olvidables, son prácticamente nadie”, dijo en un centro para adultos mayores en Pembroke Pines, a 32 kilómetros de Fort Lauderdale.
“Parece que la única persona mayor que le importa a Trump es él mismo”, añadió.