Getting your Trinity Audio player ready...
|
Sian Chiong, conocido por haber sido miembro fundador de la exitosa boy band cubana Ángeles, rompió los moldes establecidos para seguir su propio camino artístico.
Después de alcanzar la fama en Cuba, decidió dar un giro a su carrera con proyectos que le permitieran evolucionar como actor y como persona. Con la decisión de aventurarse fuera de su zona de confort y explorar nuevas oportunidades, llegó a México en 2018, donde su carrera en la actuación tomó un nuevo rumbo.
Convencido de que su alma debía estar completamente comprometida con cada proyecto, Sian se lanzó a nuevos desafíos, siempre con una visión clara de lo que quería lograr.
Recién llegado al país azteca tuvo la oportunidad de participar en Like, la leyenda, una telenovela juvenil en la que interpretó a Alan. Este proyecto significó un renacer para él, quien sentía que la actuación era la clave para renovar su vida artística.
Para Sian, ingresar a Televisa no solo fue un paso importante en su carrera, sino también un espacio en el que pudo expresarse y superarse constantemente. Su experiencia en México le permitió consolidarse como un actor versátil, listo para asumir más retos y llevar su talento más allá de los escenarios y pantallas.
“Lo que me motivó a expandir mi carrera fuera de Cuba, principalmente en México, fue que siempre vi a este país como una de las plataformas más importantes del mundo para cualquier artista”, afirmó el actor en entrevista con OnCuba.
“Además, teniendo precedentes como César Évora y William Levy, para mí, como actor, resultaba algo muy atractivo. Decidí entonces probar suerte en este país, al que ya había visitado como cantante y donde la gente, la comida y la cultura me fascinaron. Sentí que este era el lugar en el que debía quedarme para buscar nuevas oportunidades”.
Del “ángel” de una boy band al antihéroe de una telenovela, Sian Chiong ha demostrado, a lo largo de su carrera, que la evolución no es solo un concepto artístico, sino una filosofía de vida. Su trayectoria es el reflejo de un actor y cantante que ha sabido reinventarse, aprender de sus tropiezos y sacar siempre lo mejor de sí mismo. Cada paso que ha dado, ya sea en la música o en la actuación, ha sido una oportunidad para crecer, explorar nuevas facetas y desafiar los límites de su propio talento.
En definitiva, ha sabido transformarse en un artista más completo, más consciente de su poder de conexión con el público y de su capacidad para renovarse sin perder su esencia.
Tu debut en Like, la leyenda te dio gran visibilidad; luego vinieron El corazón nunca se equivoca, Gloria Trevi: Ellas soy yo, Súbete a mi moto, La mexicana y el güero y otras… ¿Cómo has evolucionado como actor a lo largo de estos proyectos y qué papel ha significado el mayor desafío?
Después de Like, la leyenda, que fue mi primera participación en la industria en México —aunque en un papel pequeño—, he tenido la suerte de trabajar en diversos proyectos. Siento que, como actor, la constancia es clave para la evolución, y por ello me siento muy agradecido.
Si tuviera que mencionar un desafío entre todos esos proyectos, creo que el más grande ha sido una serie estadounidense en la que participé como antagonista, interpretando a Don Juan Carlos Néstor. Aún no ha sido estrenada, se titula Coolie y se centra en la vida de los trabajadores chinos esclavizados en Cuba durante el siglo XIX. Esta producción representó un reto enorme para mí, pues exigió un gran esfuerzo actoral.
Abrirte camino en la televisión mexicana seguro no fue fácil, ¿cómo valoras esa experiencia y qué diferencias has notado entre la industria de ese país y la cubana?
Abrirse camino en la industria del entretenimiento en México no es una tarea fácil, ni siquiera para quienes son de aquí. Este mundo es muy competitivo y requiere de muchos factores para tener éxito. Personalmente, he tenido la fortuna de contar con oportunidades valiosas. Si bien me he esforzado mucho y siempre he dado lo mejor de mí, también reconozco que la vida me ha brindado chances que quizá otros no han tenido, y por ello me siento muy agradecido y bendecido. He realizado muchas audiciones, pero cada año, al menos, he logrado participar en un proyecto, algo que valoro profundamente.
La mayor diferencia que noto entre Cuba y México es la cantidad de producciones. En Cuba, por ejemplo, se realizan una o dos telenovelas al año, mientras que en México se producen varias, además de series, películas y numerosas obras de teatro. En mi tiempo en Cuba recuerdo que había alrededor de cinco obras en cartelera, mientras que aquí pueden ser diez, incluso más. El mercado es mucho mayor, pero también lo es la competencia.
Tu participación en la segunda temporada de La Casa de los Famosos México generó muchas reacciones. ¿Cómo viviste esa experiencia y qué aprendizaje te dejó?
La experiencia en La casa de los famosos fue bastante difícil, controversial y, al mismo tiempo, divertida. Fue una mezcla de muchas emociones y sensaciones en un solo lugar. Nunca en mi vida había participado en un reality show, no conocía bien el formato ni sabía qué esperar, pero aun así me lancé. Creo que fui valiente en ese sentido, aunque también algo inocente. Sin embargo, lo hecho, hecho está, y al final todo sucede por algo. En mi caso, hasta el día de hoy quiero pensar que la experiencia fue positiva porque, gracias a ese proyecto, mucha más gente en México me conoce.
Quizás las controversias no fueron lo mejor, pero forman parte de la vida en esta industria, especialmente en la época en la que vivimos. Quienes nos dedicamos al arte estamos constantemente expuestos al escrutinio público, a las críticas y a todo lo que se genera en torno a nuestra imagen.
Hoy el mundo es más mediático debido a las redes sociales. Antes, los medios de comunicación publicaban una noticia, la gente la veía y luego pasaba a otra cosa. Ahora, la información queda almacenada en plataformas digitales, accesible en todo momento, y cualquier persona puede opinar desde su teléfono, dejando comentarios que permanecen en el tiempo.
Eso hace que cualquier noticia o controversia crezca mucho más de lo que lo hacía antes. Es un riesgo al que estamos expuestos quienes trabajamos en el ámbito público. Pero es como en el deporte: un atleta sabe que siempre corre el riesgo de lesionarse. Aun así, sigue porque es su pasión, y lo mismo sucede con quienes estamos en esta industria. Nos apasiona lo que hacemos y tratamos de sobreponernos a las controversias y a los momentos difíciles.

Has mencionado que después de ese proyecto buscaste apoyo profesional para manejar la exposición mediática. ¿Cómo ha sido ese proceso? ¿Sientes que has vuelto a reconectar contigo y con el público?
Sí, después de La casa de los famosos tuve que recurrir a muchas opciones para poder sentirme bien conmigo mismo, recuperar fuerzas y seguir adelante. Nunca antes había estado en el ojo del huracán de esa forma. Siempre había estado bajo los reflectores, pero de manera favorable. Había recibido algunas críticas, pero eran pasajeras, como mencioné antes, en una época en la que las noticias no se magnificaban tanto por las redes sociales.
Por eso, busqué todas las alternativas posibles: me apoyé en mi familia y en mis amigos, salí a distraerme, y también tuve sesiones con psicólogos. Al final, el tiempo y la experiencia te van dando sabiduría, siempre y cuando estés dispuesto a aprender. Lo más importante es encontrar la manera de enfrentar esas situaciones y seguir adelante.
¿Cómo balanceas la parte profesional de tu carrera con la necesidad de mantenerte fiel a tus valores personales y emocionales al interactuar con el público?
En el ámbito profesional tengo muy claro qué debo hacer y qué no. Sé cómo manejar mi trabajo y lo llevo muy bien. Por otro lado, en lo personal, mis valores y mi forma de interactuar con el público son parte de quien soy. Esa es mi esencia. Cuando trato con la gente y me desenvuelvo en un entorno social, soy simplemente yo.
Lo profesional es otra faceta mía. También me representa, pero no define completamente mi esencia. Es como un “modo” que activas para trabajar, donde adoptas una postura diferente, aunque siempre con educación, respeto y, sobre todo, con humildad y amabilidad hacia los demás.
¿Crees que eres una mejor versión de ti mismo después de La casa de los famosos?
Sí, evidentemente. Aprendí muchas cosas, y como siempre digo, de los errores es de donde uno realmente aprende. Es difícil aprender de las victorias, porque todo salió bien. Pero cuando cometes errores es cuando realmente te das cuenta de dónde mejorar. A día de hoy, me considero alguien mucho mejor.
Recientemente regresaste a las telenovelas con Las hijas de la señora García. ¿Cómo fue la experiencia de interpretar a Mateo?
Maravillosa. Volver a actuar después de La casa de los famosos fue un regalo que valoré mucho y que me llenó de vida por completo. Estoy muy agradecido con toda la producción, con Televisa y con el Güero Castro por haberme dado esta oportunidad.
¿Qué diferencias y retos has encontrado en este personaje en comparación con tus trabajos anteriores?
La diferencia más notable que encuentro en el personaje de Mateo es que, por primera vez, interpreto a alguien que no es ni completamente bueno ni completamente malo. Es un personaje que busca hacer justicia por su cuenta, sin importarle las consecuencias, incluso cuando afectan a la verdadera culpable de toda la historia. Ese rol de justiciero con tintes de antihéroe es algo que nunca había experimentado en un personaje, y me encantó. Creo que al público también le gustó mucho, y eso es lo más positivo que me llevo.
¿Qué crees que significa para un actor o artista lograr que su trabajo no solo entretenga, sino también inspire o movilice a su público?
Creo que ese es un gran reto que tenemos los artistas: no solo deslumbrar al público con nuestro trabajo, sino también inspirarlo. En ese sentido, somos comunicadores, y como tales, siempre debemos esforzarnos por transmitir el mejor mensaje posible.
Recientemente lanzaste tu nuevo sencillo Enero. ¿Cómo equilibras tu carrera musical con la actuación?
Mi último sencillo, Enero, es una canción que adoro y que considero maravillosa. Es de esas que puedo escuchar una y otra vez sin cansarme. Equilibro mi tiempo entre la música y la actuación, aprovechando los momentos libres para enfocarme en la composición. También depende de cuándo llega la inspiración; cuando la musa aparece, trato de escribir lo mejor posible.

Si tuvieras que elegir entre la música y la actuación, ¿con cuál te quedarías y por qué?
Creo que la pregunta sobre elegir entre la música y la actuación ya la respondí con mi vida, porque opté por la actuación sobre la música. Pasé mucho tiempo dedicado a la segunda, pero en un momento decidí alejarme de ese mundo para regresar a la actuación, que fue mi primer camino y algo que me apasiona profundamente.
¿Qué podemos esperar de ti en los próximos meses? ¿Hay nuevos proyectos que nos puedas contar?
En los próximos meses, quienes estén en México, así como quienes me sigan en redes sociales, podrán verme en una obra de teatro, una comedia maravillosa, una farsa espectacular. Además, vienen más canciones; el 14 de marzo lanzaré una nueva titulada Complicidad. No pienso detenerme.
¿Cómo es un día normal en la vida de Sian Chiong fuera de los sets y escenarios?
Un día normal para mí comienza con un buen sueño, para poder empezar el día de la mejor manera. Luego entreno y hago las cosas que me gustan, disfruto de una buena comida y, por la noche, suelo salir a cenar, ir al cine o hacer algo divertido. Siempre trato de hacer algo que me haga sentir que el día valió la pena y que lo aproveché al máximo.
Después de varios años fuera de Cuba, ¿qué sigue significando esta tierra para ti?
Cuba para mí significa todo. Es mi tierra, mi segunda madre, mi casa, es todo. Siempre me he sentido cubano, y cubano me iré a la tumba. Abordar más sobre un tema que para mí es tan claro y latente me parece innecesario. Simplemente, Cuba es mi todo, son mis raíces, es todo.
Un mensaje final…
¡Échenle siempre ganas a sus sueños! Lo que sea que sientan en su corazón, lo que realmente deseen hacer o llegar a ser, ¡pónganle empeño! Si se esfuerzan lo suficiente, la vida seguramente los recompensará con algo.