Foto: Cortesía de Déborah Andollo
Las historias de sirenas, capaces de seducir al más intrépido marino con su encantadora belleza, han llegado hasta nuestros días por medio de cuentos y películas infantiles o de aventuras.
Muchos apostarían hasta su más preciado tesoro para desmentir al que diga que ha conocido o visto a una sirena. Seres mitológicos, mitad mujer y mitad pez, que se suponen solo fruto de la imaginación. Aunque en Cuba sí tenemos a una….
Déborah Andollo López, una cubana de pies a cabeza, que tiene más de sirena que de mujer, pues junto a su apuesta figura y su rostro encantador, posee unas cualidades para la inmersión que la hicieron merecedora de varios lauros.
A sus 45 años la Andollo es una de las figuras más encumbradas del deporte en la Isla, a pesar de haber dedicado gran parte de su carrera como atleta a la práctica de la inmersión en apnea, una modalidad fuera de los eventos olímpicos y poco conocida internacionalmente.
Déborah es dueña de 16 récords mundiales en las cuatro diferentes modalidades de la apnea, además obtuvo el Oscar Marino en 1996 y fue seleccionada como la Mejor Buzo del Mundo en 1997.
Esta rubia sencilla comenzó la práctica de la natación a los cuatro años, y a los once decidió pasar al nado sincronizado, modalidad en la que se mantuvo por más de una década.
Un año después de capitanear al equipo cubano que conquistó la medalla de bronce en los XI Juegos Panamericanos de La Habana, en 1991, decidió dejar el nado sincronizado e incursionó como modelo de fotografías subacuáticas, pero la llamada Sirena de las Profundidades no estaba conforme y comenzó a descender, para llegar a lo más alto.
Desde ese momento se lanzó de lleno en la inmersión profunda, una actividad muy riesgosa y que solo algunos cientos de elegidos en todo el mundo son capaces de practicar con éxito.
La también conocida como Novia de Neptuno tiene un particular lazo con el mar, por el cual dice sentirse seducida.
“Yo nací para vivir vinculada al mar y a sus más recónditos secretos. Soy cubana y como buena isleña he pasado los mejores momentos de mi vida en el mar, el hecho de ser habanera me acerca más a él. Desde muy joven me atraía inmensamente ese mundo lleno de misterios y bondades”.
En poco más de una década se convirtió en la mujer que más profundo se sumergió con apenas un respiro; su excepcional capacidad pulmonar de ¡seis litros!, le posibilitaba contener la respiración durante más de cuatro minutos consecutivos y conquistar entre otros, una marca absoluta —para mujeres y hombres—.A esto se le suma la práctica del yoga, que la dotó de la resistencia mental necesaria para mantener la calma en lo más profundo del océano.
Déborah, nacida en la capital cubana el 9 de mayo de 1967, asegura que practicar la apnea profunda era la única manera de estar cada día en el océano, conocer sobre las especies que lo pueblan y los fenómenos maravillosos que lo caracterizan.
“Las primeras inmersiones me impactaron mucho. Me fascinó tanta paz, silencio, armonía, serenidad y majestuosidad. La perfección del océano nos hace sentir pequeños e indefensos”, explica.
En mayo de 1992, inició este largo camino hacia las profundidades, al bajar hasta los 50 metros, en la modalidad de cuerpo libre, en la cual el descenso y ascenso se efectúa con la única fuerza muscular del apneísta y con una buena dosis de valor.
“La apnea es una actividad que no puede ir acompañada del miedo. A los tiburones no les tengo miedo, sino respeto. Son animales adorables, muy importantes para el ecosistema y la biodiversidad marina, aunque es mucho más sabio respetarlos. Pero en el mar hay montones de peligros que no son precisamente los tiburones. Por ejemplo, las corrientes, las profundidades, la oscuridad, la soledad”.
En 2001, Déborah decidió asombrar al universo del submarinismo y lo consiguió de una espectacular manera, pues bajó hasta donde no lo había hecho nadie, sin máscara ni patas de rana —en la modalidad que se conoce como “cuerpo libre”—, al descender hasta los 74 metros. Ni siquiera los más famosos hombres habían llegado hasta allí.
La también llamada Reina del Caribe, y presidenta de la Federación Cubana de Actividades Subacuáticas (FCAS), defiende con pasión el medio ambiente y la convivencia sostenible entre el Hombre y la Naturaleza.
“Para mí es importante la entrega con el mar. No descanso en mi lucha por protegerlo y sensibilizar voluntades para preservarlo de la voracidad del hombre. En ese sentido considero que en Cuba todavía hay mucho que hacer con respecto a los parques marinos y áreas protegidas, aun cuando existe una gran voluntad política”.
Andollo es madre de
Deborah es toda una cubanaza brava y linda como nuestra historia y nuestra naturaleza.
una gran deportidta cubana y asombroza en su especialidad. No se porque no se menciona cuando se habla del submarinismo. Ej: Pipin Ferrera nunca la mienta y ha. Abordando mucho el tema de los recos de las feminas.
Mucho mejor mujer del mundo