Actuó junto a Errol Flynn y conoció a Can-tinflas. Ha trabajado con artistas cubanos de fama internacional como Rita Montaner, Rosita Fornés o Bola de Nieve. En más de sesenta años, Aurorita Pita ha protagonizado decenas de novelas de radio y televisión, obras de teatro, y ha incursionado en el cine. Ha sido galardonada con los más importantes premios de actuación en Cuba y recibe a diario muestras de cariño de su público. Pero toda esta historia comenzó en España…
Era apenas una nena de dos meses cuando en brazos de su madre zarpó del puerto de La Coruña en un buque inglés. Aurora se convertía así en la más joven emigrante gallega que arribara a La Habana en 1936.
“El amor por España y en especial por Galicia, me lo trasmitió toda mi familia. Recuerdo que de pequeña iba mucho a romerías y fiestas de las sociedades gallegas, donde se bailaba y se tocaba la gaita… Quizás de ahí nació mi vocación por los escenarios. Siempre quise ser actriz”—afirma.
En el verano del año 1951, la vida de Aurorita toma un rumbo definitivo.
“Yo estudiaba en el colegio y un día me enteré de que estaban haciendo pruebas de actuación. Fui y, para sorpresa mía, me contrataron como primera dama joven en la empresa Crusellas. Eran los inicios de la televisión en Cuba. Cuando comencé a trabajar tuve que cambiar mi manera de hablar. Porque a pesar de haber vivido siempre en Cuba, ¡mantenía el acento gallego trasmitido por mis padres!”
“A partir de ahí mi vida cambió por completo, como era tan bonita y alta, en las telenovelas siempre hacía de hija de damas de alta sociedad, figúrate que yo prácticamente no veía la luz del sol, pues me marchaba al amanecer y regresaba a casa de noche, eran catorce horas en un estudio de televisión, y a veces interpretaba hasta tres personajes a la vez. En esa época la televisión era en vivo, ¡imagínate, memorizar aquella cantidad de libretos! Era tanto el trabajo que pasé mucho tiempo para terminar el bachillerato”.
Desde entonces, Aurora ha hecho vivir a cientos de personajes. Por su piel han pasado desde los grandes clásicos hasta los más contemporáneos.
“¡Son tantos! Recuerdo una vez que hacía de guajirita en el programa de televisión Horizontes, y la gente no me reconocía. ¡Esa es la maravilla de la TV y de ser actriz!”—asegura Aurora.
“También recuerdo la telenovela Sol de Batey, uno de los grandes éxitos de la televisión cubana de todos los tiempos, allí yo hacía el personaje de una gran dama de la aristocracia criolla, Doña Gertrudis de Sandoval y Santa Cruz”.
“En el teatro hubo una obra muy especial, que estuvo una larga temporada en cartelera, yo era la protagonista y el penúltimo día tenía que lanzarme de la carreta, entrar por un lado del escenario y salir por el otro, ya con algunos cambios de vestuario. Alguien puso un baffle de sonido y como todo el escenario estaba oscuro, tropecé con él. Sentí un dolor terrible y así mismo salí, porque era la escena final. No podía mantenerme de pie por el dolor, me había hecho una luxación en una pierna y entonces la gente aplaudió con delirio, pensando que era parte de la interpretación y aplaudían y aplaudían, para que saliera a escena, pero que va, no pude, de ahí mismo salí para el hospital en una ambulancia. Y al otro día con un dolor terrible fui para hacer la última función. Eso es el respeto a la profesión”.
Ha recibido incontables premios de actuación, pero ninguno la ha emocionado más que el ganado en 1995 por su papel de la gallega Catalina, en la telenovela El año que viene.
“Cuando me propusieron el personaje, el director no sabía que yo había nacido en Galicia —dice—. De todas maneras tuve que aprender más, buscar palabras, hacerle muchas preguntas a mi madre. Utilicé sus recuerdos para convertir mi actuación en un homenaje a los emigrantes gallegos. Ahora todos me dicen Gallega. El éxito que tuvo el personaje no fue casual, pues uno de sus rasgos principales era la simpatía. Es una tradición que viene del teatro bufo cubano, en el cual casi siempre había un gallego junto a un negrito y una mulata. Son los elementos de los que se nutre la identidad cubana”.
Con 60 años de vida artística, Aurorita todavía no se sienta a descansar. En los últimos tiempos ha hecho varias novelas radiales y una serie de monólogos para la televisión. Una leyenda viva que aún encontramos en cualquier rincón del Instituto Cubano de Radio y Televisión, para suerte de sus millones de admiradores.