El pastor sudafricano Harry Johannes Knoesen, de 61 años, líder del Movimiento Nacional de Resistencia Cristiana, fue declarado culpable de alta traición, incitación a llevar a cabo ataques violentos y reclutamiento de personas para cometer ataques.
Según la fiscalía, el grupo de Knoesen exploró la posibilidad de usar un arma biológica para infectar y matar a sudafricanos negros, incluido el envenenamiento de los depósitos de agua que abastecen a sus comunidades. Knoesen también fue declarado culpable de posesión ilegal de armas de fuego por el Tribunal Superior de Middelburg. Se encontraron armas y municiones cuando fue arrestado en Middelburg, un pequeño pueblo en la provincia oriental de Mpumalanga.
El complot del pastor fue frustrado en 2019 por la policía y los servicios de inteligencia sudafricanos, que desmantelaron las células de la organización y arrestaron a algunos de sus líderes.
Knoesen fue condenado por la evidencia aportada por varios testigos, incluidos miembros de su grupo que ya estaban cumpliendo sentencias de cárcel después de haber sido condenados por delitos similares.
El Estado alegó que el complot de Knoesen estuvo motivado por sus “puntos de vista altamente racistas” y que trató de justificar sus creencias por motivos religiosos, alegando que fue ordenado para “recuperar Sudáfrica para los blancos”. “Para promover este fin, planeó atacar instituciones gubernamentales y, más específicamente, instituciones policiales y militares”, dijo Monica Nyuswa, la vocera de la Fiscalía Nacional.
También identificó municipios y asentamientos informales ocupados por sudafricanos negros como objetivos de ataque. Knoesen usó la plataforma de redes sociales Facebook para incitar a la violencia contra los sudafricanos negros y para reclutar a ex miembros del ejército para que se unieran a su movimiento y llevaran a cabo los ataques planeados.
Pero fueron frustrados cuando fue arrestado en noviembre de 2019. En su testimonio, Knoesen admitió haber compartido “recetas” para fabricar explosivos con sus seguidores en Facebook. Este no es el primer complot racista y traidor que se descubre en Sudáfrica. En 2013, veinte miembros del grupo de supremacía blanca conocido como Boeremag fueron sentenciados a prisión por querer matar al primer presidente negro, Nelson Mandela, derrocar al gobierno y ejecutar a miles de personas negras. Recibieron sentencias que oscilaron entre cinco y 35 años después de un juicio por traición, uno de los más largos en la historia del país.
Ese grupo, como el de Knoesen, se oponía a la democracia de Sudáfrica que puso fin al apartheid, el régimen de la minoría blanca que terminó con las primeras elecciones democráticas en 1994 que eligieron a Mandela como presidente.
Associated Press/OnCuba.