La asamblea de la Ciudad de México decidió prohibir la comercialización, distribución y entrega de bolsas de plástico al consumidor, salvo que sean biodegradables, así como el uso de la gran mayoría de desechables de ese material, informó el jueves el congreso capitalino en un comunicado.
La prohibición de las bolsas, de las que quedan excluidas algunas por “razones de higiene” o con las que se prevenga el desperdicio de alimentos si no hay alternativas, entrará en vigor en diciembre de 2020, y la de los desechables un mes después.
Los legisladores de esta ciudad de 9 millones de habitantes, con una población flotante que llega a los 20 millones, y donde la costumbre de comer en la calle es muy popular, consideraron que la decisión trastocará intereses económicos y por eso anunciaron que a partir de septiembre debatirán un paquete financiero para generar estímulos fiscales con los que las empresas puedan migrar de producir plásticos a materiales biodegradables.
Entre los desechables que estarán prohibidos para enero de 2021 están cubiertos, platos, vasos, mezcladores, popotes o pajitas, bastoncillos para los oídos, globos, bandejas para llevar comida, aplicadores de tampones que son fabricados total o parcialmente de plástico o cápsulas de café de un solo uso.
El presidente de la Junta de Coordinación Política, Ricardo Ruiz Suárez, calificó como “histórica” la aprobación del dictamen. “Es un primer paso que nos lleva a la regulación, una regulación que ya existe en otros países y que aquí hacía falta ante un problema ambiental grave”. Según explicó, no se trata de estar en conflicto con las empresas sino “de ir de la mano con ellas en un proceso de beneficio común”
La medida fue apoyada tanto por el partido en el gobierno de la ciudad, Morena, como por partidos de la oposición.
Según indica la nota, la Secretaría de Medio Ambiente de la capital iniciará programas de cultura ambiental y sobre el impacto negativo que tiene el abuso del consumo de los plásticos de un solo uso, además de las alternativas que existen para evitarlos.
De manera simultánea, la Secretaría de Educación, Ciencia, Tecnología e Innovación deberá instrumentar –en los 180 días posteriores a la publicación–, un programa de asesoramiento a los productores de plástico de un solo uso, a efecto de que realicen una reconversión tecnológica, en la que se desarrollen alternativas de plásticos biodegradables.