La expresidenta de Argentina Cristina Fernández viajó este sábado a Cuba para ver a su hija Florencia, que permanece ingresada en una clínica de La Habana, después de que la Justicia autorizara su salida del país, informaron a la agencia Efe fuentes cercanas a la familia.
Fernández recibió en los últimos días el beneplácito de los tres tribunales que sostienen causas abiertas en su contra y que debían dar el visto bueno a su salida.
El viaje se produce un día después de que la madre de la actual senadora, Ofelia Wilhelm, falleciera a los 89 años a causa de un cáncer de endometrio.
Según la agencia estatal Télam, la exmandataria se desplazó al hospital de la ciudad bonaerense de La Plata donde Wilhelm falleció horas antes de acudir al aeropuerto de Ezeiza para tomar el vuelo con destino La Habana, donde permanecerá 10 días.
El pasado 14 de marzo, cuando viajó por primera vez a ver a su hija, Fernández explicó que Florencia, de 28 años, estaba siendo tratada en La Habana por los “problemas de salud” provocados por la “persecución feroz” a la que la somete la Justicia, que acusa a ambas de corrupción.
Florencia Kirchner, hija de Fernández y el fallecido exgobernante argentino Néstor Kirchner, viajó el pasado febrero a la isla para realizar un curso para guionistas de cine, pero tras el vuelo “su estado de salud se había deteriorado sensiblemente” y al momento de evaluarla le prohibieron viajar en avión.
En este sentido se pronunció este sábado la ministra de Seguridad argentina, Patricia Bullrich, quien pidió que no se especule con la salud de Florencia.
“A mí me parece que si uno tiene un hijo que está con problemas la Justicia lo tiene que contemplar. (…) Frente la enfermedad de una hija no se puede especular”, aseguró en declaraciones a Radio Mitre.
Bullrich expresó también sus condolencias por el deceso de la madre de Fernández.
“Mis condolencias porque ha muerto su madre y siempre una madre es muy importante para todos. Ella tenía una gran relación con su madre”, manifestó.
Cristina Fernández está acusada junto a sus hijos Florencia y Máximo por presunto lavado de activos y asociación ilícita, en relación con las operaciones que empresas de la familia realizaron con adjudicatarios de obra pública durante su gobierno.
La hoy senadora niega las acusaciones, a las que ve como una persecusión política en su contra para evitar que pueda regresar a la presidencia en las próximas elecciones de su país.
EFE / OnCuba