El Ecuador atraviesa el período más violento desde el retorno a la democracia. La tasa de asesinatos por cada 100 mil habitantes ha superado todo registro histórico —de 10,5 en 2021, a 25,5 en 2022 hasta llegar a más de 40 en lo que va del año. Las muertes violentas de 2022 (4603) y 2023 (3568) solo son semejantes a las de un país en guerra.
Los asesinatos políticos se han incrementado insólitamente. Se cuentan al menos 10 políticos asesinados, entre ellos: Omar Menéndez, candidato a alcalde de Puerto López; Agustín Intriago, alcalde Manta; y el 9 de agosto, Fernando Villavicencio, candidato presidencial.
Ecuador se ha convertido en un escenario bélico y las características estructurales de la violencia se sienten a diario: el achicamiento del Estado y la obra pública, la disminución del presupuesto en salud y educación, el desmantelamiento de la institucionalidad que regulaba la seguridad estatal (ministerios, sistema carcelario, escuelas de guías penitenciarios, sistema de vigilancia). Varios candidatos presidenciales —incluido Villavicencio—, han señalado que la red de puertos ecuatorianos está dispuesta para el manejo privado, sin vigilancia militar, por lo que aumenta el comercio marítimo de la droga; de 10 puertos existentes en Guayaquil, solo 2 tendrían vigilancia militar.
El narcotráfico ha ganado poder y centralidad económica en Ecuador, se encarniza el neocolonialismo y la desterritorialización aupada por élites internas. Las mafias han entrado en el negocio inmobiliario, de transporte, de puertos y aeropuertos; y, con diversas intrigas, contaminan para sus intereses a autoridades y personal público. La conexión entre las mafias de la droga y los carteles de la corrupción tiene opacas fronteras.
Se ciernen varias hipótesis sobre los posibles culpables del asesinato de Villavicencio, no obstante, lo que se puede asegurar, como se detallará más adelante, es que el crimen tenía propósitos políticos y electorales.
Villavicencio: activista, periodista y político
En los noventa, Fernando Villavicencio fue activista y sindicalista. En 1995 se afilió a Pachakutik. Aunque cursó algunos semestres en la Universidad Central, Villavicencio se tituló de periodista en la Universidad Cooperativa de Colombia de Ecuador en 2010. Esta Universidad desapareció con la recategorización en la época de Correa.
El salto de Villavicencio a la escena pública, vino de la mano con el periodismo de investigación. Fue asesor del asambleísta Cléver Jiménez (2013-2014), y junto este y Carlos Figueroa, denunciaron que el 30S fue provocado por el mismo Correa y que no había intento de golpe de Estado. Correa los demandó por injurias y los sentenció a prisión. Los tres denunciantes pasaron a la clandestinidad en la Amazonía ecuatoriana, hasta que prescribió su condena.
Villavicencio, junto a otros colaboradores, como Cristian Zurita, publicó varios reportajes sobre la corrupción en el gobierno de Correa y Moreno; la colección de reportajes Arroz Verde sirvió como base para denuncias ante la Fiscalía. “Gracias a mi —decía Villavicencio— Correa y Glas fueron sentenciados en el Caso Sobornos”. Villavicencio realizaba numerosas denuncias en los medios públicos y la Fiscalía.
Don Villa, como fue conocido, ganó una curul de asambleísta, auspiciado por el Partido Socialista y Concertación. En los debates por el juicio político contra Lasso, que impulsó el correísmo, los socialcristianos y otras fuerzas, Villavicencio jugó el rol de defensor de Lasso, por lo que fue figura mediática permanente. Tras el Decreto de Muerte Cruzada de Lasso, se disolvió la Asamblea y Villavicencio dio el salto a candidato presidencial.
Campaña de candidato a la presidencia
Villavicencio hizo los intentos para ser candidato por el partido oficialista, CREO, pero en la estrategia electoral lo terminó auspiciando Construye, de María Paula Romo, ex Ministra del Gobierno de Moreno. La derecha se dividió en cuatro binomios: Otto Sonnenholzner-Erika Paredes, Jan Topic-Diana Jácome, Daniel Noboa-Verónica Abad y Fernando Villavicencio-Andrea González. El correísmo está representado por Luisa González-Andrés Arauz, la centroizquierda por Yaku Pérez-Nory Pinela; los dos binomios restantes, provienen de fracturas de las organizaciones: Xavier Hervas-Luz Vega y Bolívar Armijos-Linda Romero.
En la primera parte de la campaña, Villavicencio se dedicó a capitalizar el anti correísmo; consiguió una gran base de la derecha conservadora y mediática. Tardíamente se dio cuenta de que su electorado se estancaba, por lo que amplió su crítica y denuncias; del correísmo al régimen de Moreno y Lasso: un día antes de ser asesinado, denunció un perjuicio al Estado en contratos petroleros por 10 mil millones de dólares, que vinculaba a los tres gobiernos anteriores. Esta situación, también demuestra el límite interpretativo de la división en el eje correísmo/anticorreísmo.
En los mítines, Villavicencio hacía gala de no tener chaleco antibalas, incluyendo el último; de valiente pasó a temerario.
El asesinato
El 9 de agosto, después del encendido discurso de Fernando Villavicencio en el Coliseo del Colegio Anderson, el grupo de seguridad lo acompañó por la puerta central, y otro fue con Patricio Carrillo, candidato a Asambleísta, por el parqueadero. Dos escoltas dirigieron a Villavicencio, casi a empujones, a una camioneta, a las 18h20 el candidato subió al vehículo, un guardaespaldas cerró la puerta, varias ráfagas y detonaciones se oyeron mientras se agachaba la gente, tiros de fusil certeros atravesaron los vidrios, para impactarse en Villavicencio, al menos seis en su cabeza.
Más de 40 municiones de fusil, a larga distancia, fueron disparados por un aproximado de cuatro personas apostadas en edificios y lugares cercanos. El operativo de asesinato fue planificado por expertos: sabían del trayecto de la escolta, del vehículo, la distancia, el tiempo. Villavicencio fue puesto en el blanco.
El desconcierto por el tiroteo duró varios minutos. En la Clínica de la Mujer se confirmó el fallecimiento del candidato presidencial. Un sospechoso herido de bala fue llevado por una patrulla, en lugar de la Clínica más cercana, a la Unidad de Flagrancias de Pichincha. La policía informó que fueron detenidas otras seis personas, tres sin antecedentes.
La incertidumbre política tras el asesinato
Aparte de silenciar la voz de Villavicencio, electoralmente se modifican los posibles resultados presidenciales del 20 de agosto. Por ley, solo hasta el 10 de agosto se podían publicar los sondeos; todos coincidían que el binomio correísta se encontraba a la cabeza de las preferencias electorales, pero para el segundo lugar algunas situaban a Sonnenholzner, otras a Villavicencio, Pérez o Topic. Con el asesinato de Don Villa, la incertidumbre electoral para la segunda vuelta, se incrementó.
Paradójicamente, el crimen de Villavicencio fortaleció a la tendencia de derecha y sus binomios; los discursos se contagiaron de la mano dura. Incrementó el anti correísmo. Las derechas y el correísmo han coincidido en intentar polarizar el ambiente electoral, para ocultar otras alternativas probables. El debate presidencial se realizó con siete candidatos, el atril de Villavicencio quedó vacío. Tras el debate, para la segunda vuelta, dos probabilidades se perciben en el ambiente: dos binomios de centroizquierda, o el correísmo y un binomio de la derecha.
En Ecuador, la Muerte Cruzada pasó de ser simbólica al fuego cruzado. Es imprescindible otra independencia.