En el Perú de los 80, después de una dictadura de 12 años, la composición socialdemócrata y de izquierda tenía varias organizaciones y actores fuertes en la Alianza Popular Revolucionaria Americana (APRA), Acción Popular (AP), el Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT), la Unión de la Izquierda Revolucionaria (UIR), la Izquierda Unida.
Más tarde, la guerra civil entre las fuerzas del Estado y las guerrillas de Sendero Luminoso y el Movimiento Revolucionario Tupac Amaru (MRTA), cambió la estructura institucional. El presupuesto para las políticas de seguridad, del ejército y la policía crecieron abismalmente, en un Estado aún desarticulado. La desconexión territorial generó mayores autonomías internas, las oligarquías aprovecharon esta situación para la concentración económica, monopolizar la tierra, y acaparar el poder político. Esta falta de unidad territorial propició también que Sendero Luminoso dominase una gran extensión territorial y amenace con llegar al poder estatal.
Las oligarquías peruanas: el fujimorismo
Las oligarquías del Perú fueron de mayor duración continuada en comparación con el resto de América Latina. 1 En la época de la que hablo, en medio de la violencia interna más atroz, la oligarquía peruana llegó al pacto fujimorista del terror. El autogolpe de Estado (1992) y la dictadura fujimorista consolidaron el poder estatal con persecución y represión.
Después de más de 60 mil personas asesinadas entre el Estado y las milicias que disputaban el poder, se conservó Fujimori en el poder (1990-2000). 2 En la década de los noventa se instaura el neoliberalismo en Perú, con un endeudamiento agresivo, flexibilización laboral y disminución de derechos colectivos.
En 1992 el subempleo llegó al 85 % de la población. 3 Se elevó la migración del campo a la ciudad y al extranjero; las remesas internacionales de los migrantes se convirtieron en una gran inyección económica en el país. 4 La pobreza no dejó de crecer hasta el año 2001. 5
Inestabilidad política
La Constitución de 1993 y las sucesivas reformas dieron poder al Congreso para que pueda destituir fácilmente a los presidentes reuniendo las dos terceras partes de la votación. Esta configuración del poder creó un desbalance entre el legislativo y el ejecutivo.
En teoría se pensó que esto permitía mayor vigilancia del parlamento sobre la presidencia. Pero políticamente esto anticipaba que la presidencia estaba atada al cabildeo de las oligarquías políticas mayoritarias en el Congreso; lo que implicaba sometimiento o destitución.
A esto se añade el sistema histórico de corrupción peruano anticipa los problemas que tendrá el ejecutivo. La mayoría de expresidentes han pasado por el cadalso de la corrupción: Alejando Toledo (2001-2006) fue extraditado de EEUU; Alan García (1985-1990, 2006-2011) fue procesado en reiteradas ocasiones; Ollanta Humala (2011-2016) fue el primero sentenciado por el caso Lava Jato y Pedro Pablo Kuczynski (2016-2018), el segundo; Martin Vizcarra (2018-2020) fue destituido por sobornos.
La inestabilidad política representa la conservación del poder.
Castillo: ganar para perder
Pedro Castillo ganó popularidad y renombre luego de las movilizaciones masivas de 2020 y su representación en el sindicato de maestros. Estas movilizaciones se organizaron en contra de la crisis, de la inestabilidad política, por eso es que su candidatura fue vista como emergente. La candidata predilecta de la partidocracia y las oligarquías fue Keiko Fujimori; antes que Castillo se posesione ya tenía movilizaciones en contra y oposición mediática. Todo parecía asegurar que Castillo no duraría mucho en el gobierno. Su oposición principal estaría en el Congreso. Castillo llegó sin mayoría parlamentaria.
Castillo, por su lado, sin experiencia, cometía varios errores políticos y administrativos. Las izquierdas lo han cuestionado por no tener claridad programática. 6 Las denuncias de corrupción no se hicieron esperar y la popularidad de Castillo bajó constantemente. 7 Su decisión de disolver el Congreso, sin los requisitos constitucionales, da para pensar que sus propios asesores estaban en su contra, tenía oposición interna. Esto se corrobora con la oposición de Dina Boluarte y su posesión presidencial ante el legislativo, el mismo día, y a las pocas horas, que Castillo era apresado. La mayoría del gabinete de Castillo le dio la espalda. La población en la incertidumbre reaccionó tardíamente. Castillo ahora está recluido en el mismo penal de Fujimori.
Masas movilizadas
El sector que apoya a Pedro Castillo, relativamente masivo, se movilizó en contra del nuevo gobierno y del Congreso, por la restitución de Castillo y pidiendo Asamblea Constituyente. Otras organizaciones de izquierda y socialdemócratas no están ni con Castillo ni con el nuevo gobierno, pero piden el adelanto de las elecciones para 2023. En este proceso movilizatorio, hay una gran participación de indígenas y campesinos; y empieza a ser frecuente la consigna: “Que se vayan todos”.
Las fuerzas armadas y la policía, han reprimido a las personas en la calle de modo tan agresivo, que en dos semanas llegó a casi una treintena de muertos. 8 El sur peruano ha sido el más movilizado y el más reprimido. Las noticias sobre el mundial opacaron grandemente la situación de Perú.
El gobierno de Dina Boluarte y el Congreso
El discurso leído por Bolouarte en su investidura y el adelanto de las elecciones para abril de 2024, se conecta con la agenda del Congreso. La figura de ser la primera presidenta del Perú quedará como un día histórico, al mismo tiempo que el autoritarismo que rige en contra de la población. Boluarte apenas a quince días de su posesión, hizo cambios en el gabinete, entre ellos de su primer ministro.
Aunque Boluarte dijo respetar las movilizaciones, mantuvo el toque de queda en dieciséis provincias. 9 La orientación política de Boluarte se ajusta a conservar su cargo en el gobierno: desaloja manifestantes y enjuicia a dirigentes del paro.
En enero de 2023, las manifestaciones se han reactivado y el gobierno ha convocado a marchas por la paz. En el Congreso la mayoría quiere mantener el estado actual de las cosas, pocos llaman a la Constituyente. Los seis presidentes y dos congresos en cinco años, dan pocas esperanzas para que Boluarte se mantenga en la presidencia. La incertidumbre política en Perú es la más grande de América Latina.
Notas:
1 Puede verse el artículo de Denis Gilbert, La cohesión de la élite y el poder oligárquico (2019).
2 Más cifras sobre el terrorismo acá: https://elcomercio.pe/peru/muerte-y-pobreza-las-cifras-que-dejo-el-terrorismo-de-sendero-luminoso-abimael-guzman-lucanamarca-huanta-tarata-cvr-ec-data-noticia/
3 Véase la página 293. http://biblioteca.clacso.edu.ar/gsdl/collect/pe/pe-005/index/assoc/D12524.dir/pdf_616.pdf
4 Véase la página 53 del informe: https://www.inei.gob.pe/media/MenuRecursivo/publicaciones_digitales/Est/Lib0929/Libro.pdf
5 Véanse los datos del Banco Mundial: https://datos.bancomundial.org/indicador/SI.POV.DDAY?locations=PE
6 Entrevista a Marisa Glave: https://nuso.org/articulo/pedrocastillo-peru-boluarte/
7 Según el Instituto de Estudios Peruanos, la desaprobación de Castillos llegaba en Noviembre al 61 %. https://www.infobae.com/america/peru/2022/11/27/pedro-castillo-desaprobacion-del-presidente-continua-en-descenso-segun-encuesta-del-iep/
9 El gobierno de Boluarte expulsó del país al embajador mexicano Pablo Monroy por supuestas injerencias. https://es.euronews.com/2022/12/21/crisis-diplomatica-entre-peru-y-mexico-lima-expulsa-al-embajador-mexicano