En una Argentina desconcertada y sorprendida, el candidato más votado en las elecciones primarias es el outsider Javier Milei, de La Libertad Avanza, espacio de ultraderecha liberal.
El candidato reconocido por su estilo agresivo y sensacionalista, se lleva el 30 % de los votos, superando a Juntos por el Cambio y Unión por la Patria, las dos coaliciones más grandes que se preveían favoritas para disputarse la presidencia en las elecciones generales de octubre.
El rendimiento del libertario derechista sorprendió no solo por el volumen de votos (7 116 352) sino por haber obtenido el primer puesto en casi todas las provincias del país, consolidándose como uno de los favoritos para disputar un eventual balotaje luego de las generales.
En el búnker de campaña aseguró que terminaría con “la aberración de la justicia social”.
El personaje
Javier Milei (Buenos Aires, 1970) grita, maldice y maltrata. No conversa, cobra por sus discursos en moneda extranjera y, según se dice, no escucha a nadie salvo a su hermana Karina, factótum del candidato. Cuando anoche subió al estrado para dar su discurso de ganador, sólo pronunció dos agradecimientos: a su hermana y a sus “hijos” perros Milton, Murray, Robert y Lucas.
Milei es el abanderado de un liberalismo a ultranza que se propone terminar con lo que llama “la casta”: el aparato político tradicional, sus candidatos y sus prácticas. Según él, son el principal obstáculo para que el mercado y sus actores se desplieguen con eficiencia. Pretende convertir el dólar en moneda oficial, reducir el Estado al mínimo posible, “demoler” el Banco Central, privatizar el sistema previsional y todas las empresas estatales como las aerolíneas, la petrolera YPF y tantas otras.
Su proyecto está inspirado en el liberalismo monetarista de Milton Friedman y Friederich Hayek, ideologías asociadas a los procesos de Ronald Reagan en Estados Unidos y Margaret Tatcher en el Reino Unido.
Sus intervenciones mediáticas más resonantes fueron cuando aseguró que despenalizaría el mercado de órganos y cuando abogó por que fuera permisible comprar niños y niñas en lugar de adoptarlos, en franco contraste con su posición contraria a la legalización del aborto y la Educación Sexual Integral en las escuelas.
¿De dónde salió y cómo llegó?
En 1987 debutó como arquero de Chacarita Juniors, en las divisiones inferiores. Aunque su performance como jugador de fútbol fue aceptable y permaneció en el equipo hasta 1989, el político nacido en Palermo, Ciudad de Buenos Aires, abandonó el deporte y su banda de rock Everest y se inclinó por la economía.
Fascinado con las ideas de la Escuela Austríaca se dedicó a estudiar las propuestas monetaristas y liberales. Fue economista de Máxima AFJP, una de las empresas privadas de jubilaciones previas a la estatización durante el Gobierno de Cristina F. de Kirchner. Asesoró al ex represor Antonio Bussi cuando este fue diputado en 1999. Fue economista senior del banco HSBC entre 1998 y 2002 y del Grupo Eurnekian, dueño de los aeropuertos de Argentina y de otros países, de 2009 a 2014.
Durante 2017 y 2018 se convirtió en un personaje mediático convocado a diferentes medios de comunicación y programas de televisión por lo extravagante de sus propuestas. Desde entonces comenzó a instalar temas que parecían anacrónicos o políticamente incorrectos. Fue anfitrión de su propio programa de radio llamado Demoliendo Mitos y actuó en su propia obra de teatro, El consultorio de Milei.
Con un discurso fuertemente negacionista durante la pandemia de COVID-19, construyó un volumen de información que circuló fuertemente por canales digitales y plataformas web. Así comenzó a construir una identidad política que en 2021 se conformó en La Libertad Avanza, plataforma que usaría para saltar a la política tradicional, de la que es crítico y por la que es diputado hasta 2025.
¿Cómo se perfila?
En Argentina, las primarias de los diferentes partidos y coaliciones se dirimen de manera abierta y simultánea, como si fuera un simulacro de elección general. El candidato o la candidata que obtenga el mayor porcentaje de cada espacio político compite con el sello de su partido en la elección general.
Javier Milei no tuvo competencia al interior de su partido y obtuvo el 30 % de los votos totales.
Javier Milei muestra los ministerios que eliminaría si llegara a ser presidente de Argentina. pic.twitter.com/vpCtE3IBXr
— Wall Street Wolverine (@wallstwolverine) August 5, 2023
Mientras tanto, la coalición tradicional de derecha —Juntos por el Cambio— obtuvo un total de 28 puntos, siendo Patricia Bullrich (la más cercana en ideología a Milei) la elegida, aunque con el 17 %, quedó tercera detrás de Sergio Massa, el candidato más votado por el peronismo oficialista.
Unión por la Patria, el espacio de Massa, actual Ministro de Economía de Argentina y, hasta ayer, el favorito para la reelección, quedó a un punto de distancia de Juntos por el Cambio con el 27 %, siendo la tercera fuerza más votada, pero con el segundo candidato con más votos.
De este modo, a día de hoy, la situación más factible para Milei es competir en un balotaje contra Sergio Massa, aunque el escenario es tan volátil que es difícil para cualquier analista arriesgar un pronóstico. Desde el momento en que Javier Milei cosecha votos más por sus aires de outsider y gestualidades que por su programa ideológico, se espera que los votos migren entre las fuerzas de la forma más impredecible. En cualquier caso, el centro de la escena estará ocupado por el arquero que dejó la meta y pasó al ataque.
¿Qué significa y qué implica para América Latina?
El batacazo de Milei se emparenta ideológica y electoralmente con las emergencias ultraconservadoras que han venido aconteciendo en Latinoamérica durante el último lustro. Lasso en Ecuador, Bolsonaro en Brasil, Áñez en Bolivia y el fallido aunque contundente intento de Kast en Chile.
Luego de que, en la década de 2010, el modelo del Estado Benefactor entrara en crisis, la política tradicional no ha logrado retomar la iniciativa que permita responder a las presiones geopolíticas por reprimarizar la economía del continente. El aumento de la violencia física y simbólica, así como la introducción de las economías de plataforma, colaboraron en cultivar una perspectiva individualista, exitista y autosuficiente en las subjetividades, en especial las más jóvenes.