La tensión proseguía el martes en Tijuana, donde los residentes de la ciudad fronteriza mexicana cerraron por iniciativa propia una escuela primaria situada junto a un complejo deportivo donde más de 5.000 migrantes centroamericanos han estado acampando desde hace dos semanas. Pero la “caravana” no está censada y no se sabe a ciencia cierta si son más de 5.000 y qué porcentaje corresponde a mujeres. Sí se han podido muchas muchachas, en la mayoría de los casos con hijos a cuestas, cruzando Centroamérica y México para llegar a la frontera.
Eldiario.es publicado este sabado un reportaje titutlado “el machismo empuja a las mujeres a la caravana migrante”. Allí citan que desde enero hasta julio de 2018, 224 mujeres han sido asesinadas en Honduras, atendiendo a los datos del Observatorio de Seguridad y Violencia de las Mujeres formado por 16 organizaciones feministas. Y que desde 2002 hasta agosto este año, se han registrado 6.111 feminicidios, según el estudio del Foro de Mujeres por la Vida.
El Salvador ha ganado esta semana una distinción sombría: es el país con la tasa más alta de feminicidios en América Latina y el Caribe en 2017, con más de 10 asesinatos por cada 100.000 mujeres.
Además, esta semana una delegación del Consejo de Derechos Humanos de la ONU, que vinieron invitadas por el Estado de Honduras, apuntaron que aunque ha habido “algunos avances”, el país sigue siendo “machista”. Las mujeres son víctimas de una “violencia generalizada” y de la desigualdad y sufren falta de representación política. En su informe subrayan: “en el tiempo que estamos aquí, 14 días, han asesinado a 13 mujeres en forma muy cruel, muy sangrienta”.
En la región, al menos 2.795 mujeres de 15 años o más fueron asesinadas el año pasado debido a su género, dijo el jueves pasado la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), de la ONU.
En términos absolutos, Brasil tuvo el mayor número de asesinatos de mujeres con 1.133, pero dada la población mucho más pequeña de El Salvador, su tasa superó fácilmente la observada en otros países.
El feminicidio “tiene un alcance en El Salvador que no se ve en ningún otro lugar de la región”, dijo la organización al publicar el informe de su Observatorio de Igualdad de Género.
A pesar de que 18 países latinoamericanos, incluidos Brasil y El Salvador, han cambiado sus leyes para convertir a las mujeres en un crimen, la situación continúa sin disminuir.
“El feminicidio es la expresión más extrema de la violencia contra las mujeres”, dijo la secretaria ejecutiva de la CEPAL, Alicia Barcena. “Ni la clasificación criminal de este delito ni los esfuerzos para hacerlo estadísticamente visible han sido suficientes para erradicar este flagelo que nos alarma y nos horroriza a diario”.
Honduras, Guatemala, la República Dominicana y Bolivia son los países de la región que también han visto altas tasas de asesinatos de mujeres de al menos dos por 100,000.
La CEPAL pidió a los líderes que “consideren la diversidad de las mujeres y las diversas formas en que se manifiesta la violencia contra ellas”, ya que los delitos contra las mujeres también suelen tener componentes económicos, de edad, raciales y culturales. Ninguno de esos motivos han sido contemplados por Estados Unidos para otorgar asilo o refugio.