A solo 10 días para las elecciones presidenciales en Venezuela, el presidente y candidato a la reelección, Nicolás Maduro, alertó sobre un “baño de sangre” y una “guerra civil” en su país si la oposición se hace con el poder.
Tal advertencia la hizo el líder chavista en un acto de campaña, según reportes de prensa.
“Si no quieren que Venezuela caiga en un baño de sangre, en una guerra civil fratricida, producto de los fascistas, garanticemos el más grande éxito, la más grande victoria de la historia electoral de nuestro pueblo”, dijo el mandatario a sus seguidores, reseña la cadena CNN.
De acuerdo con el medio estadounidense, Maduro afirmó que “el destino de Venezuela, en el siglo XXI, depende de nuestra victoria el 28 de julio” y consideró que solamente su triunfo electoral garantizará la “paz” en el país sudamericano.
“Mientras más contundente sea la victoria, más garantías de paz vamos a tener. Mientras más contundente sean los votos, más garantías de futuro le vamos a garantizar a estas niñas, a estos niños”, señaló.
De lo contrario, dijo, “Venezuela entrará en un espiral de violencia, de desestabilización y una guerra civil”, reporta Prensa Latina (PL).
Según la agencia cubana, Maduro manejó dos posibles escenarios: con su derrota “retrocedemos y somos una colonia” y con su victoria “seguimos siendo una patria libre y soberana”.
“Somos una fuerza y un Poder Popular en cada calle y comunidad, pero también somos un poder militar y policial, y la unión cívico militar no se va a dejar quitar esta patria”, les dijo a los asistentes al acto, a quienes llamó a acudir a las urnas “por la existencia misma de la República Bolivariana”.
Las elecciones y las encuestas
La población venezolana decidirá el nuevo presidente el próximo 28 de julio entre 10 candidatos de diferentes agrupaciones políticas.
Maduro, representante del Gran Polo Patriótico —que reúne al chavismo y otras fuerzas de izquierda— lidera las intenciones de voto según varias encuestas, mientras que otras colocan a la cabeza a Edmundo González, candidato del bloque mayoritario de la oposición.
González, quien tomó el batón de la líder opositora María Corina Machado, inhabilitada por las autoridades electorales, se ha erigido como la esperanza de regresar al Palacio de Miraflores de quienes no comulgan o se han decepcionado con el gobierno de izquierda.
El actual mandatario, por su parte, apela a su legado como heredero político del fallecido líder Hugo Chávez y ha prometido recuperar la economía y atajar la corrupción, dos de los problemas que han golpeado su gestión y le han hecho perder terreno entre los venezolanos.
Su advertencia de “un baño de sangre” en caso de ser derrotado ha sido vista por sus opositores y por analistas como una “estrategia del miedo” ante la posibilidad de un revés electoral, apunta CNN.
El Consejo Nacional Electoral (CNE) convocó a los 10 candidatos presidenciales a firmar un acuerdo para aceptar los resultados de las elecciones, pero solo acudieron ocho, entre ellos, Maduro. Los opositores Edmundo González y Enrique Márquez se negaron a participar, “considerando que el respeto al resultado ya está contenido en la Constitución y las leyes”, refiere el medio estadounidense.
La campaña electoral ha estado marcada por acusaciones cruzadas entre el Gobierno y la oposición, y sus respectivos seguidores, y también por declaraciones y acciones externas que han subido la temperatura al proceso y derivaron en el veto a la misión de observación electoral de la Unión Europea por parte de las autoridades venezolanas.
En cambio, se mantienen como observadores un panel de expertos de las Naciones Unidas y una misión del Centro Carter, de Estados Unidos.