Nicolás Maduro juró este jueves para un segundo período presidencial en Venezuela que lo mantendrá en el poder hasta 2025, en un complejo sexenio al que llega en medio de una prolongada crisis económica y social.
El mandatario tomó juramento ante el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), en Caracas, acompañado por otros seis jefes de Estado –entre ellos el cubano Miguel Díaz-Canel–, así como por magistrados y otras autoridades civiles y militares del país, en un acto rechazado por la oposición y parte de la comunidad internacional.
Maduro llegó al palacio acompañado por la primera dama, Cilia Flores, y fue recibido por un desfile militar y el canto de jóvenes integrantes del estatal Sistema Nacional de Orquestas y Coros Juveniles e Infantiles.
“Juro a nombre del pueblo de Venezuela (…) que no daré descanso a mi brazo ni reposo a mi alma y que cumpliré y haré cumplir todos los postulados y mandatos de la Constitución”, dijo ante el presidente del TSJ, Maikel Moreno, y en medio de los aplausos de simpatizantes.
El juramento, aseguró el mandatario, es un compromiso con el que procura “defender la independencia e integridad absoluta de la patria, procurar llevar a la prosperidad social y económica a nuestro pueblo y construir el socialismo del siglo veintiuno”.
La toma de posesión se lleva a cabo en el TSJ y no en el Parlamento como indica la Constitución venezolano porque el Supremo declaró a la Cámara en “desacato” en 2016, pocas semanas después de que la oposición se hiciera con la mayoría de los escaños.
La legitimidad del segundo mandato de Maduro ha sido cuestionada por los opositores y diferentes gobiernos extranjeros –entre ellos los de Estados Unidos, Europa y varios países latinoamericanos– que no reconocen los resultados de las elecciones de mayo pasado en las que el jefe de Estado fue reelegido con cerca del 70 % de los votos, y en las que no participó el grueso de la oposición.
Por estas razones, la mayoría de los países de Latinoamérica no envió ningún representante a la toma de posesión, igual que lo hicieron Estados Unidos y la Unión Europea.
Sí asistieron, en cambio, los gobernantes de varios países aliados de Venezuela, como los de Bolivia, Evo Morales; Nicaragua, Daniel Ortega; Cuba, Miguel Díaz-Canel; y El Salvador, Salvador Sánchez Cerén. También los de Osetia del Sur, Anatoli Bibílov; y Abjasia, Raul Jadyimba, dos países no reconocidos por Naciones Unidas, y otros representantes internacionales.
EFE / AP / OnCuba