Estados Unidos admitió públicamente el lunes que Nicolás Maduro podría permanecer un largo tiempo en la presidencia de Venezuela pese a los esfuerzos de más de 50 países para removerlo del poder.
“El fin viene para Maduro. Simplemente no sabemos qué día” llegará, dijo el secretario de Estado Mike Pompeo durante un discurso sobre América Latina en la Universidad de Louisville.
Pompeo expresó confianza en lograr la salida de Maduro y se refirió a la manera abrupta en que dejaron el poder en 1989 los líderes comunistas Eric Honecker, de Alemania Oriental, y Nicolae Ceausescu, de Rumania.
“Confío en que nuestra meta de la salida de Maduro está al alcance y puede ser antes de lo que pensamos”, indicó.
Estados Unidos y más de 50 países consideran que la reelección de Maduro en 2018 fue fraudulenta por lo cual reconocen como presidente legítimo de Venezuela al líder opositor Juan Guaidó.
Washington ha impuesto sanciones a docenas de funcionarios del gobierno de Maduro.
Pompeo no hizo referencia al escándalo que actualmente enfrenta la coalición opositora encabezada por Guaidó.
Varios legisladores opositores fueron suspendidos de sus cargos la víspera por acusaciones de que formaban parte de una supuesta compra de votos para socavar la mayoría opositora en la Asamblea Nacional y por abogar a favor de empresarios vinculados con el gobierno de Venezuela que presuntamente lavaron dinero.
Las acusaciones surgen mientras Guaidó ha visto disminuir el número de personas que responden a su exhortación a protestar en las calles y cada vez son más los que dudan de su capacidad y la de sus aliados para reanimar la esperanza de que es posible poner fin al mandato de Maduro.