El gobierno de Venezuela reiteró que dejará de usar el dólar como moneda de referencia para sus operaciones cambiarias, una medida que se anunció hace más de un año como respuesta a las sanciones financieras impuestas por Estados Unidos a funcionarios y a instituciones venezolanas.
El vicepresidente económico de Venezuela, Tareck El Aissami, dijo a periodistas que su país utilizará en adelante “el euro y otras divisas convertibles” como moneda de referencia “en todas las transacciones” del mercado cambiario nacional.
Esta misma medida fue anunciada por el propio El Aissami en septiembre de 2017, cuando el gobierno señaló que avanzaba hacia la implementación de “un nuevo sistema de pago internacional” alternativo al dólar, a través de una “canasta de monedas” como el yuan, el rublo, la rupia y el euro.
El Aissami dijo hoy que el gobierno estadounidense impuso nuevas sanciones “que bloquean la posibilidad de seguir transando en el mercado cambiario venezolano en la divisa llamada dólar”, y calificó estas restricciones como ilegales, arbitrarias y contrarias al derecho internacional.
“Han afectado las operaciones en divisas (…), ningún país, salvo Cuba, ha sufrido ataque esta magnitud, ataques multiforma”, añadió.
En Venezuela rige desde 2003 un rígido control de cambios que limita a empresarios y a particulares el acceso a las divisas, necesarias para la adquisición de materias primas, fármacos y alimentos.
En la actualidad, el mercado cambiario oficial de Venezuela funciona mediante un sistema de subastas, cuyos resultados dejaron de expresarse en dólares desde hace meses.
El Aissami señaló al respecto que el gobierno de Nicolás Maduro ofertará en los meses de noviembre y diciembre unos 2.000 millones de euros, un anuncio que implica el retorno del Estado a un mercado ávido de divisas.
“(Van a) tener divisas a una tasa real, no criminal”, indicó en referencia a la cotización del dólar, que triplica en el mercado paralelo la tasa oficial.
Venezuela atraviesa desde hace un lustro una severa crisis económica, que se traduce en escasez e hiperinflación.
Para combatir esta crisis, Maduro decretó hace casi dos meses un paquete de medidas que incluyen reforma fiscal, congelación de precios de la cesta básica e incremento del salario mínimo por 35 veces su valor.
Con todo, analistas y opositores señalan que las medidas son impertinentes, incompletas y no atacan la raíz de los males de la economía del país con las mayores reservas probadas de petróleo en el planeta.