Corea del Norte disparó este sábado lo que se cree fueron dos misiles balísticos de corto alcance desde su costa este por séptima ocasión en cuestión de un mes, informó el ejército surcoreano, un día después de prometer que permanecerá como la mayor amenaza para Estados Unidos en protesta a las sanciones impuestas por Washington.
Se anticipaba que Pyongyang suspendiera sus pruebas armamentísticas debido a que a principios de semana se puso fin a los 10 días de ejercicios militares conjuntos entre Estados Unidos y Corea del Sur, que el Norte percibe como ensayos para una invasión.
El presidente de Estados Unidos Donald Trump restó importancia a los más recientes lanzamientos.
“Kim Jong Un ha sido muy honesto conmigo. Le gusta probar misiles, pero nunca restringimos los misiles de corto alcance. Veremos qué sucede”, dijo Trump a los reporteros afuera de la Casa Blanca la noche del viernes.
Los lanzamientos del sábado se realizaron desde la provincia nororiental de Hamgyong del Sur, señaló el Estado Mayor Conjunto de Corea del Sur. Los proyectiles recorrieron alrededor de 380 kilómetros a una altitud máxima de 97 kilómetros, indicó el ejército.
El gobierno de Japón informó que los supuestos misiles no causaron daños ni cayeron en sus aguas territoriales, pero protestó por su lanzamiento.
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El Consejo de Seguridad Nacional de Corea del Sur expresó una enorme preocupación debido a los lanzamientos y exhortó al Norte a detener dichas acciones que incrementan las tensiones militares. Los miembros del Consejo indicaron que Seúl impulsará las labores diplomáticas para que Corea del Norte retome las negociaciones nucleares con Estados Unidos, de acuerdo a la oficina de presidencia.
El ministro del Exterior de Corea del Norte dijo el viernes que su país permanecerá como “la mayor amenaza para Estados Unidos” en caso de que Washington continúe imponiendo sanciones. El ministro Ri Yong Ho también se refirió al secretario de Estado estadounidense Mike Pompeo como “una planta venenosa para la diplomacia estadounidense” y prometió “romper con el absurdo sueño” de que las sanciones provoquen un cambio en Pyongyang.
Las fuertes palabras de Ri y los lanzamientos podrían ensombrecer las posibilidades de una pronta reanudación de las negociaciones nucleares. El máximo enviado de Estados Unidos para Corea del Norte, Stephen Biegun, dijo el miércoles que Washington estaba listo para volver a dialogar.
La molestia del Norte en torno a los ejercicios militares de Estados Unidos y Corea del Norte se ha centrado en Seúl y no en Washington.
Desde finales de julio, Corea del Norte ha realizado una serie de pruebas armamentísticas, principalmente cohetes y misiles de corto alcance. Algunas de las armas han revelado desarrollos de un nuevo sistema de artillerías y dos tipos de misiles balísticos móviles de corto alcance que, según los expertos, podrían incrementar su capacidad de impactar objetivos en toda Corea del Sur.