Biden: evacuación de Afganistán fue un éxito, pero seguirá monitoreo a los talibanes

El mandatario decidió terminar la guerra para enfocarse en otros problemas de seguridad nacional como los diferendos con China y Rusia.

Imagen del Mayor General Chris Donahue, el último soldado estadounidense en abordar un avión en la evacuación de Kabul. | Foto: Pentágono.

Un día después de que Estados Unidos retirara de Afganistán a su último soldado, el presidente Joe Biden se dirigió al país y al mundo para hacer un balance de la mayor operación aérea desde el puente aéreo de abastecimiento de Berlín, finalizada la Segunda Guerra Mundial, y el inicio de la Guerra Fría.

Hablando desde la Casa Blanca y utilizando un tono de voz mucho más enérgico que el de las últimas semanas, el mandatario calificó la operación para evacuar a estadounidenses y aliados afganos como un “éxito extraordinario” y declaró el fin de una era en la que Estados Unidos utilizó el poder militar “para rehacer otros países”.

Sin mencionarlo por su nombre, Biden culpó al expresidente Donald Trump  de negociar un mal acuerdo de retirada con los talibanes. “Esa fue la elección, la verdadera elección entre irse o escalar”, dijo. Y “yo no iba a extender esta guerra para siempre”. El mandatario dijo claramente que su antecesor le dejó un regalo envenenado cuando negoció con los talibanes una fecha de salida para el pasado mes de mayo. 

Horas antes del discurso, con las tropas occidentales fuera ya de Afganistán, el portavoz de los talibanes declaró la victoria en su lucha de dos décadas contra la ocupación estadounidense mientras recorría el aeropuerto de Kabul, donde miles habían intentado huir. Los afganos que deambulaban por las calles de la capital comenzaron a evaluar cómo sería la vida bajo el gobierno de los talibanes.

Con la salida de Afganistán, Estados Unidos se enfrenta a un nuevo dilema: cómo lidiar con el nuevo gobierno de los talibanes. Algunos de los problemas incluyen qué tan profundamente deben cooperar con ellos en contra de un enemigo mutuo, la vertiente afgana de ISIS-K, y si liberar 9.4 mil millones en reservas de moneda del gobierno afgano congeladas en bancos estadounidenses.

La guerra más larga

Biden dijo que eligió poner fin a la guerra en Afganistán para enfocar las defensas de la nación en otros problemas de seguridad, incluidos China y Rusia, y enfatizó que debe concentrarse en amenazas como los ciberataques y la proliferación de armas nucleares. Pero “seguiremos atentamente la situación interna y el comportamiento de los talibanes”, subrayó.

El mandatario prometió, además, continuar las operaciones antiterroristas, incluso contra cualquier amenaza que emane de Afganistán. La portavoz Jen Psaki subrayó poco después que Washington no cree que, de momento, el ISIS afgano o los talibanes sean una amenaza territorial para Estados Unidos.

El presidente también mencionó al afiliado afgano del Estado Islámico, que llevó a cabo un atentado suicida en el aeropuerto de Kabul el 26 de agosto en el que murieron 13 militares estadounidenses y decenas de civiles afganos. Y les envió un mensaje directo: “Aún no hemos terminado con ustedes”.

Por otro lado, Biden defendió su decisión de retirar las tropas de Afganistán, incluyendo la evacuación final del aeropuerto de Kabul. 

Biden afirmó que su administración estaba lista para lidiar con el colapso del gobierno afgano, respaldado por Estados Unidos. Pero el puente aéreo, que comenzó el pasado 14 de agosto, ha sido fuertemente criticado por muchos republicanos por haber sido desorganizado y caótico.

El presidente dijo que 5 500 estadounidenses finalmente salieron, y que se harán arreglos para sacar a los estadounidenses restantes, si así lo desean, a partir de la misión diplomática en Doha, Catar, hacia donde trasladaron la atención a los asuntos afganos.

“Nadie será abandonado. Todos van a regresar y no nos detendremos hasta lograrlo”, puntualizó.

La permanencia de Estados Unidos en Afganistán duró 20 años, a un costo de 2 billones de dólares.

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