Durante su primera visita a Canadá, el presidente Biden anunció un acuerdo para frenar la migración ilegal en la frontera común.
“Estados Unidos y Canadá trabajarán juntos para desalentar los cruces ilegales por la frontera“, dijo Biden durante un discurso en el Parlamento en Ottawa. Saludó, además, el compromiso de Canadá de recibir a 15 mil emigrantes latinoamericanos.
En el trasfondo de este acuerdo está la cuestión de Roxham Road, un camino rural de unas 5 millas (8 km) desde Perry Mills, en la ciudad de Champlain, Nueva York, hasta las cercanías de Bogton, en el municipio de Saint-Bernard- de Lacolle, Quebec, Canadá.
A partir de 2017, Roxham ha tenido mucho más tráfico que nunca cuando los refugiados en espera de una decisión legal sobre su status, por temor a un resultado negativo debido a las políticas de la administración Trump, empezaron a llegar a Canadá mediante esa vía para solicitar asilo político. El año pasado ingresaron a Canadá unos 40 mil inmigrantes por Roxham.
A cambio del cierre de Roxham, Ottawa aceptaría recibir a unos 15 mil solicitantes de asilo de América Latina mediante canales legales. Este cierre preocupa a las ONG que apoyan a los migrantes. “El impacto sobre los refugiados en peligro extremo es devastador. El resultado será empujar a la gente a intentar travesías todavía más peligrosas en zonas aisladas o empujarlos hacia traficantes de personas“, dijo Julia Sande, de Amnistía Internacional.
Esos ingresos clandestinos provocaron cierta tensión con Washington. Pero la relación entre Washington y Ottawa es infinitamente más cordial que durante la presidencia de Trump, aunque hay algunos puntos conflictivos. Estados Unidos y Canadá son “dos pueblos“ que comparten un “mismo corazón“ y “en caso de desacuerdo“ resuelven sus problemas “con amistad y buena voluntad“, dijo Biden.
Por otra parte, el presidente estadounidense fue aplaudido en el legislativo, en particular al elogiar el compromiso de ambos países de apoyar a Ucrania.
En cuanto a Haití, Washington acogería con agrado que Canadá desempeñe un papel de liderazgo en el envío de una fuerza internacional.
El canciller estadounidense, Antony Blinken, informó sobre “conversaciones con el gobierno canadiense para ver qué [pueden] hacer juntos, así como con otros países, los países de la Caricom y la región”.
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