La autoridad sanitaria de China informó este lunes que el país dejó atrás la peor oleada de COVID-19 iniciada en diciembre pasado y cerró los feriados por el Año Nuevo Lunar sin un alza significativa de casos
Según el Centro Nacional de Control y Prevención de Enfermedades Infecciosas, los contagios fueron causados por las cepas BF.7 y BA.5.2 de la variante Ómicron del virus SARS-CoV-2 y no se detectaron nuevas mutaciones, de acuerdo con un reporte de la agencia Prensa Latina (PL).
#China’s current wave of #Covid19 infections is “coming to an end, official sources said.https://t.co/M1i4Aenw2g
— Europe Brief News (@BriefEurope) January 30, 2023
En los hospitales la tendencia es a la caída en las cifras de individuos con fiebre, ingresos, pacientes en estado crítico y muertes, las cuales alcanzaron un pico de 4273 el pasado 4 de enero.
El Centro continúa con la vigilancia sobre las mutaciones del coronavirus y de los pasajeros internacionales, para evitar la entrada y propagación de las variantes más peligrosas de la Ómicron.
Recuerda PL que la más reciente oleada de COVID-19 en China estalló con fuerza a principios de diciembre anterior y las estadísticas oficiales mencionaron alrededor de 70 000 fallecimientos y cerca del 90 % de la población infectada, con miles de casos críticos entre los adultos mayores.
Distintos pronósticos coinciden en que el país experimentará otros dos rebrotes de importancia entre febrero y marzo próximo, pues todavía millones de personas se desplazarán por el territorio regresando de vacaciones.
El Gobierno chino degradó el pasado ocho de enero el nivel de emergencia con que maneja la patología y eliminó más controles sanitarios para enfocarse en los pacientes graves y ampliar la vacunación mientras convive con la enfermedad y el virus que la provoca.
Ello implica el fin de las cuarentenas para quienes llegan del exterior, Hong Kong y Macao. No obstante, esos viajeros todavía necesitan resultados negativos de un test tomado 48 horas antes de llegar al país y usar mascarillas durante la travesía.
A pesar de la mejor situación de la pandemia en su foco más preocupante durante el último mes, la Organización Mundial de la Salud (OMS) consideró hoy que la COVID-19 se mantiene como una emergencia sanitaria de alcance internacional porque sigue siendo “una enfermedad infecciosa peligrosa” que puede causar daños considerables a la salud de las personas y a los sistemas de sanidad de los países.
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En una declaración adoptada por el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, por recomendación del Comité de Emergencia de la organización, también se reconoce que la pandemia ha entrado en una fase de “transición”, lo que puede dar paso a que el nivel de alarma toque a su fin en los próximos meses, refiere un despacho de la agencia Efe.
Los expertos del Comité de Emergencia han señalado en su recomendación a Tedros que ahora hay que reflexionar en cómo pasar de una fase de emergencia a una fase de normalidad, en la que se conviva con el virus de manera segura.