Nadie lo sabe con certeza. Los científicos creen que el virus que causa el COVID-19 podría persistir durante décadas o incluso más tiempo, pero eso no significa que siga suponiendo la misma amenaza.
El virus apareció a finales de 2019 y es difícil predecir cómo se comportará en el largo plazo. Pero muchos expertos creen que es probable que, con el tiempo, la enfermedad pase de ser una crisis a una molestia como un resfriado común.
Esto sucedería a medida que la población acumula inmunidad, bien a través de una infección o con la vacunación. Otros virus han seguido un camino similar.
Health mustn't be seen as a cost any more, but as an investment in productive & resilient populations, & a key to sustainable development. Health isn't simply a product of strong & prosperous nations; it is the foundation of social, economic & political stability. #WorldGovSummit
— Tedros Adhanom Ghebreyesus (@DrTedros) March 11, 2021
La pandemia de la gripe de 1918 podría ofrecer pistas sobre el rumbo que podría tomar el COVID-19.
Los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos estiman que un tercio de la población mundial se infectó con ese virus, que se originó en aves. Finalmente, luego de que los contagiados falleciesen o desarrollasen inmunidad, el virus dejó de propagarse tan rápido. Más tarde mutó en una forma menos virulenta, que los expertos dicen que sigue circulando estacionalmente.
Sin embargo, la aparición de nuevas variantes del coronavirus podrían complicar el panorama si sus futuras mutaciones causan una enfermedad más grave o no responden a las vacunas.
Es poco probable que el virus quede erradicado por completo dada la posibilidad de que la gente pueda reinfectarse luego de haber pasado la enfermedad o de inmunizarse.
El único virus erradicado por los humanos es el de la viruela, lo que se consiguió cuando la población desarrolló una inmunidad duradera tras enfermar o vacunarse.