“Groenlandia no está en venta”, advirtió este martes la primera ministra de Dinamarca, Mette Frederiksen, cuando son crecientes las tensiones con el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, a 13 días de retomar la Casa Blanca.
Ya el magnate amenazó este martes con aplicar aranceles más altos a Dinamarca si impide la adhesión de Groenlandia a Estados Unidos.
“Groenlandia pertenece a los groenlandeses”, afirmó Frederiksen, en una entrevista a la cadena TV 2 en la que instó a respetar los deseos de la población local, reconociendo incluso la legitimidad de las reclamaciones independentistas locales, refirió una nota de la agencia Prensa Latina fechada en Copenhague.
La jefa de Gobierno danés evitó escalar en la pulseada retórica con Trump y apeló a la colaboración futura con Estados Unidos. “Mi punto de partida, y el del Gobierno, es muy claro: el futuro de Groenlandia se define en Groenlandia” y llamó a la “calma” en un mensaje similar al de hace varias semanas.
Las palabras de Frederiksen coinciden con el sorpresivo viaje de Donald Trump Jr., quien difundió en redes sociales imágenes de su llegada al aeropuerto de Nuuk, la capital.
Desde su cuenta en la aplicación Truth Social, Trump afirmó este martes que Groenlandia es “un lugar increíble y la gente se beneficiará en el caso de que llegue a ser parte de nuestra nación” y, en otro mensaje posterior, manifestó que “este es un acuerdo que debe hacerse”.
Anteriormente, introdujo uno de sus lemas favoritos de campaña a la isla ártica: “¡Hagamos a Groenlandia grande de nuevo!”.
A pesar del carácter privado del viaje, que duró unas horas, y de que Trump Jr. no se reunió con las autoridades groenlandesas y reiteró que llegaba como turista, aunque acompañado por una veintena de personas, la visita provocó numerosas reacciones en Dinamarca y en Groenlandia, indicó un despacho de la agencia española EFE.
Amenazas arancelarias
Sin perder tiempo, Trump, anunció este martes que aplicará aranceles más altos a Dinamarca si impide la adhesión de Groenlandia a esta nación norteamericana.
“Necesitamos Groenlandia por razones de seguridad nacional… La gente ni siquiera sabe si Dinamarca tiene algún derecho legal sobre ella. Pero si lo saben, deberían renunciar a ella porque la necesitamos para la seguridad nacional”, manifestó el presidente 47 de la Unión Americana en conferencia de prensa.
Trump anunció por primera vez sus reclamos sobre la isla en 2019, durante su primer mandato presidencial (2017-2021), y reiteró sus intenciones tras ganar los comicios de noviembre pasado.
Reacciones groenlandesas
“Voy repetirlo: Groenlandia es de los groenlandeses. Nuestro futuro y nuestra lucha por la independencia es asunto nuestro. Los daneses, estadounidenses y el resto pueden tener una opinión, pero no debemos caer presos de la histeria y de que presiones externas nos distraigan”, escribió este martes en su cuenta de Facebook el joven presidente groenlandés, Mute B. Egede, de 37 años, y miembro de un partido de corte socialista y soberanista.
“Increíble que algunos sean tan inocentes para creer que la felicidad se consigue haciéndonos ciudadanos estadounidenses. No, gracias. No quiero ser una pieza en los sueños húmedos de Trump de ampliar su imperio”, escribió, por su parte, la diputada groenlandesa Aaja Chemnitz, que pertenece al mismo partido que Egede.
Entretanto Rasmus Jarlov, uno de los barones del Partido Conservador danés, ironizó con los planes de Trump y consideró “más realista” que Dinamarca compre una parte de Estados Unidos, aludiendo a la enorme deuda pública de ese país.
Estatus de la isla
Groenlandia fue colonia de Dinamarca hasta 1953, y aunque aún es parte del reino danés, recibió autonomía con la posibilidad de autogobierno y elección independiente en política interna en 2009, por tanto tiene derecho a la autodeterminación y debe celebrar comicios autonómicos antes de mediados de abril.
Con 2 millones de kilómetros cuadrados (el 80 % cubierto por el hielo) y una temperatura promedio en invierno de -8°C (18° F) y en verano de 7°C (45°F), apenas posee una población de 56 mil habitantes.
A pesar de que la mayoría de partidos y de la población defienden la separación de Dinamarca, la mitad del presupuesto de la isla depende de la ayuda anual de Copenhague y los intentos por aumentar los ingresos con su riqueza mineral y petrolera han fracasado de momento por las dificultades y el elevado coste de extracción.
Estados Unidos mantiene una base militar en el norte de Groenlandia en virtud de un amplio acuerdo de defensa firmado en 1951 entre Copenhague y Washington, recordó la agencia EFE.