A pocas horas del agotamiento de las reservas de oxígeno dentro del minisubmarino Titán, dedicado a exploraciones turísticas a los restos del Titanic, en el Atlántico Norte, los rescatistas de Estados Unidos y Canadá, a los que está a punto de unirse un submarino francés, no tienen grandes esperanzas de encontrar sobrevivientes.
“En estos momentos esto sigue siendo una operación de localización, rescate y salvamento 100%”, dijo hoy miércoles el capitán Jamie Frederick, coordinador de las operaciones en la primera rueda de prensa del día.
El Titán desapareció el domingo por la mañana a unas 900 millas al este de Cape Cod, en la costa de Massachusetts, y unas 300 millas al oeste de los restos del naufragio. En esos momentos tenía una reserva de 96 horas de oxígeno para 5 personas a bordo que pagaron 250 000 dólares por participar en la aventura. Ahora las reservas se calculan en menos de 24 horas. Pero es una cifra incierta porque depende de la velocidad de consumo, bien por el nerviosismo, las conversaciones o los movimientos.
Tras explorar 10 000 millas náuticas de océano, el martes un avión canadiense dotado de un detector escuchó golpes metálicos regulares en el lecho marino, coincidentes con las señales de emergencia correspondientes a pedidos de auxilio. Esos sonidos se repiten a los 15 minutos cada media hora e indican la presencia de sobrevivientes. Pero este miércoles, indicó Frederick, apenas se han escuchado por la mañana.
En la segunda rueda de prensa del día, Frederick dijo que cinco embarcaciones y dos vehículos operados por control remoto se dirigen al área donde se detectaron los ruidos.
“Las búsquedas han arrojado resultados negativos, pero continúan”, dijo. Se esperaba que llegaran más recursos dentro de las próximas 24 a 48 horas, incluidos cinco activos de superficie adicionales y varios vehículos operados a distancia.
Un asesor de OceanGate Expeditions, la compañía propietaria y operadora del minisubmarino perdido, describió los sonidos como “golpes rítmicos” “consistentes con los sonidos humanos” de personas golpeando el casco. El asesor solicitó el anonimato porque no estaba autorizado a hablar del tema, según la agencia AP.
Carl Hartsfield, director de la Institución Oceanográfica Woods Hole que asesora los esfuerzos de búsqueda, dijo que los ruidos pueden ser una serie de cosas. “El océano es un lugar complejo”, dijo. “Obviamente, los sonidos humanos, los sonidos de la naturaleza, y a veces es muy difícil discernir cuál es la fuente de esos ruidos”.