El jefe de gabinete del vicepresidente Mike Pence dijo en un comunicado ayer sábado que el vicepresidente “da la bienvenida” al esfuerzo de algunos legisladores republicanos para “plantear objeciones” el 6 de enero, cuando el Congreso se reúna para certificar el voto del Colegio Electoral.
“El vicepresidente Pence comparte las preocupaciones de millones de estadounidenses sobre fraude electoral e irregularidades en las últimas elecciones”, dijo el ese comunicado Marc Short, el jefe de gabinete de Pence. “El vicepresidente agradece los esfuerzos de los miembros de la Cámara y el Senado para usar la autoridad que les da la ley para plantear objeciones y presentar pruebas ante el Congreso y el pueblo estadounidense el 6 de enero”, continuó.
Se trata del comentario más extenso que ha hecho la oficina de Pence sobre los procedimientos del 6 de enero luego de las elecciones. Durante los aproximadamente dos meses transcurridos desde entonces, Pence no se había hecho eco explícitamente del lenguaje de Trump en el sentido de que los comicios fueran fraudulentos. Pero no ha desalentado públicamente los esfuerzos del presidente o de sus aliados para desafiar o revocar los resultados.
Su declaración se produjo un día después de que una demanda republicana que buscaba darle a Pence la autoridad para anular los resultados de las elecciones del 6 de enero fuera desestimada por un juez federal.
Un grupo de once congresistas republicanos, encabezados por Ted Cruz, han prometido unirse al senador Josh Hawley (R-Mo) pidiendo una “auditoría de emergencia de 10 días” para investigar las afirmaciones infundadas de Trump. Horas después, Trump escribió en Twitter que habría “mucho más por venir”.
La medida equivale a una rebelión abierta contra el líder de la mayoría del Senado, Mitch McConnell (R-Ky.), quien el mes pasado indicó a los senadores republicanos evitar un debate público sobre la legitimidad de los resultados de las elecciones. McConnell ha felicitado personalmente a Biden por su victoria.
El senador Josh Hawley (R-Mo.) fue el primero en indicar que se uniría al esfuerzo la semana pasada. Su objeción, junto con la de un legislador de la Cámara, fue suficiente para asegurar que ambas cámaras tengan que debatir y votar sobre el tema. Una mayoría en ambas instancias tendría que votar a favor de la objeción.