Después de la matanza de Nueva Zelanda, le preguntaron a Donald Trump si pensaba que el nacionalismo blanco era una amenaza mundial en aumento. Respondió: “Realmente no”.
Pero un artículo de la periodista Kelly Cohen, publicado por Vox, arroja resultados contrarios. Informes de grupos de libertades civiles y datos del Departamento de Justicia, en los que se basa el texto, arrojan que el terrorismo nacional, en específico la supremacía blanca, están creciendo en el país.
Según datos publicados a principios de mes por la Liga Antidifamación (ADL, por sus siglas en inglés), los esfuerzos de propaganda de los supremacistas blancos aumentaron 182 por ciento el año pasado, con 1.187 nuevos casos en Estados Unidos.
El número de mítines y manifestaciones racistas también creció: datos de la ADL publicados en febrero pasado arrojan que en 2018 se efectuaron al menos 91 mítines de supremacía blanca u otros eventos públicos a los que asistieron estos grupos, contra 76 el año anterior.
La ADL también revelo que los extremistas de derecha estaban implicados en unos 50 asesinatos el año pasado, un aumento del 35 por ciento respecto a 2017.
Según el Southern Poverty Law Center, institución que monitorea y emprende acciones legales contra los grupos de odio, estos aumentaron a un máximo histórico de 1.020 el año pasado. Ello hizo de 2018 el cuarto año consecutivo de crecimiento. Su sondeo reveló un aumento del 30 por ciento después de tres años consecutivos de declive hacia el final de la administración Obama.
La mayoría de los ataques terroristas en Estados Unidos en 2017 estuvieron motivados por ideologías de derecha.
De 65 incidentes, 37 estaban vinculados a motivaciones racistas, anti-musulmanas, homofóbicas, antisemitas, fascistas, antigubernamentales o xenófobas, según reveló Quartz mediante datos compilados y publicados en agosto de 2018 por la Base de Datos de Terrorismo Global.
De acuerdo con Vox, los datos del gobierno también muestran un aumento de la violencia extremista. La cantidad de crímenes de odio reportados al FBI aumentó alrededor del 17 por ciento en 2017 en comparación con el año anterior, según el informe anual de la agencia, publicado en noviembre pasado.
El informe sostiene que las categorías más comunes en los incidentes fueron raza / origen étnico / ascendencia (59.6 por ciento), religión (20.6 por ciento) y orientación sexual (15.8 por ciento).
Pero no es solo un problema en Estados Unidos. Según la CBS, en Europa los ataques de extrema derecha aumentaron un 43 por ciento entre 2016 y 2017.
Varios expertos coinciden en señalar que la retórica proveniente de Estados Unidos tiene un efecto en el extranjero, como lo demuestra el ataque del viernes: el hombre armado que ejecutó la matanza de cincuenta personas en dos mezquitas de Nueva Zelanda vio en Donald Trump, según escritura propia, “un símbolo de la identidad blanca renovada”.
“Este ataque subraya una tendencia que hemos estado siguiendo: la supremacía blanca moderna es una amenaza internacional que no conoce fronteras, se exporta y se globaliza como nunca antes”, dijo Jonathan Greenblatt, uno de los directivos de la ADL en un comunicado. “El odio que llevó a la violencia en Pittsburgh y Charlottesville está sumando nuevos seguidores en todo el mundo”.