Miles de personas se congregaron ayer en el National Mall de Washington DC conmemorando el 60 aniversario de la marcha del reverendo Martin Luther King, Jr. y señalaron que en un país desgarrado por la desigualdad racial aún no se ha hecho realidad el sueño sobre los derechos civiles.
Aquella marcha del 28 de agosto de 1963 congregó a más de 250 mil personas para pedir el fin de la discriminación por raza, color, religión, sexo u origen nacional. Allí el reverendo King pronunció su discurso “Tengo un sueño” sobre la igualdad racial en un futuro”.
“Hemos progresado en los recientes 60 años, desde que el doctor King encabezó la Marcha en Washington”, declaró Alphonso David, presidente y director general del Foro Económico Mundial Negro, pero agregó: “¿Hemos llegado a la cima de la montaña? Ni de lejos”.
El acto fue convocado por el Instituto Drum Major de King y la Red de Acción Nacional del reverendo Al Sharpton. Entre los exponentes figuraron el hijo de King, Martin Luther King III, su nieta Yolanda Renee King y el líder demócrata de la Cámara de Representantes, Hakeem Jeffries.
Los oradores denunciaron la violencia armada contra los negros mientras la multitud coreaba “Sin justicia no hay paz”.
Ashley Sharpton, activista de National Action Network e hija del reverendo Al Sharpton, afirmó que los estadunidenses necesitan “convertir la manifestación en legislación” y no pueden permitir que los sacrificios de los antepasados en la lucha por la igualdad hayan sido en vano.
Kimberle Crenshaw, directora ejecutiva del African American Policy Forum, indicó que el aniversario sucede en un momento preocupante. “La propia historia que se conmemora en la marcha no sólo está siendo cuestionada, sino también distorsionada”, deploró Crenshaw, refiriéndose a la prohibición en varios estados de libros y cátedras en las aulas basados en la llamada teoría crítica de la raza.
Consideró esa y otras medidas, como la supresión de la enseñanza de estudios afroestadounidenses en las escuelas públicas de Florida y Arkansas, de un “esfuerzo concertado para silenciar la conversación sobre esa historia que ha derramado sangre”.
Associated Press/OnCuba.