El gobierno de Biden puso fin formalmente hoy martes a una política de inmigración de la adminsitración Trump que obligaba a los solicitantes de asilo a esperar en México para tener sus audiencias en una corte de inmigración de Estados Unidos.
El anuncio fue una conclusión inevitable después de que Biden prometiera como candidato poner fin a la política, conocida informalmente como “Permanecer en México”, pero dejó una ventana abierta al ordenar una revisión antes de cerrarla de manera permanente.
El secretario de Seguridad Interior de Estados Unidos, Alejandro Mayorkas, dijo que mantener la política intacta o modificarla “no sería consistente con la visión y los valores de esta Administración y sería un mal uso de los recursos del Departamento”.
La política coincidió con una fuerte disminución de solicitantes de asilo en la frontera, pero los críticos señalaron que las personas se vieron obstaculizadas por las condiciones violentas en México, la falta de acceso a abogados y la dificultad para llegar a los tribunales.
Mayorkas reconoció esas preocupaciones al señalar la alta tasa de denuncias denegadas por no comparecer ante el tribunal y la falta de vivienda, ingresos y seguridad en México. Desde el 19 de febrero, a unas 11 200 personas con casos activos se les ha permitido regresar a Estados Unidos para esperar un fallo, proceso que puede llevar años en el sistema judicial. La administración aún tiene que decir si decenas de miles personas más, cuyos casos fueron desestimados o denegados, tendrán otra oportunidad.
La administración ha mantenido en gran parte los poderes relacionados con la pandemia introducidos por el presidente Donald Trump en marzo de 2020 para expulsar a las personas a México sin la oportunidad de solicitar asilo, justificado por motivos de protección de la salud pública.