Las luces no titilaban. Los trenes de juguete no corrían. Incluso los sanitarios estaban cerrados.
El Árbol Nacional de Navidad, símbolo de la festividad del país en esta temporada, era más bien símbolo de un gobierno paralizado, mientras el cierre parcial derivado de la falta de acuerdo presupuestario se alarga hasta los feriados de fin de año afectando diversos servicios federales y a unos 800 mil servidores públicos que están cesantes o cerca de estarlo.
Los efectos de la parálisis se harán más evidentes para el público cuando termine el feriado de Navidad.
Las instalaciones de muchos parques nacionales ya estaban cerradas, y en algunos parques no había acceso. Y miles de edificios federales seguirán cerrados después del día de Navidad a menos que el presidente Donald Trump y los legisladores rompan un impasse que según la Casa Blanca podría extenderse hasta 2019.
Bajo cielos nublados y con fuertes vientos en el tercer día de cierre, la capital tenía poco espíritu navideño para recibir a los visitantes como Greg Forcherio, un contratista gubernamental de Maryland que no tendrá oficina dónde trabajar después de las fiestas mientras los edificios del gobierno estén cerrados. Él, su esposa y su pequeño hijo vinieron el lunes a ver el gigantesco abeto traído de Colorado para fungir como Árbol Nacional de Navidad, que suele ser visita obligada para los turistas esta temporada.
Pero una valla encadenada bloqueaba el acceso al lugar, y el cercano centro para visitantes de la Casa Blanca y sus sanitarios estaban cerrados. Un cartel escrito a mano dirigía a los visitantes a sanitarios portátiles, que también estaban cerrados con cadena. “Es un tanto molesto cuando tienes niños pequeños”, dijo Forcherio.
El acceso al lugar se restableció el lunes más tarde y, finalmente, mientras caía la Nochebuena, las luces regresaron. El gobierno había anunciado la víspera que estaría cerrado debido a la falta de presupuesto y porque las reparaciones no se habían completado por un incidente de vandalismo antes del fin de semana. Reabrió con dinero de la Fundación Parque Nacional, una caridad.
Una organización laboral que representa a los empleados del Departamento del Tesoro dijo el lunes que los trabajadores federales de todas partes del país estaban recortando gastos y cambiando planes de fin de año debido al cierre del gobierno.
“Solo en caso de que alguien todavía piense que un cierre parcial en un fin de semana feriado es inofensivo, piénsenlo de nuevo”, dijo en un comunicado Tony Reardon, del Sindicato de Empleados del Tesoro Nacional. “Sus amigos y vecinos en todo el país que trabajan para el gobierno federal ya están mostrando señales de estrés financiero”.
En la ciudad de Gatlinburg, Tennessee, Taylor Futch dijo que el cierre ya puso en aprietos a su familia, cuyo único ingreso viene de su esposo, un biólogo que trabaja con osos negros en el Parque Nacional de las Grandes Montañas Humeantes. Con dos hijas pequeñas, la pareja debe hacer en enero un pago de 800 dólares por financiamiento de bienes raíces, así como el pago de hipoteca, de crédito automotriz y las facturas regulares.
“Estamos tratando de juntar un par de cosas solo en caso de que tenga que empezar a venderlas en Facebook o eBay”, dijo. “Si el cheque de mi esposo no llega el viernes, quizá no tengamos suficiente para la hipoteca”.