Michael Nesmith, músico, compositor, actor y director estadounidense, guitarrista del célebre grupo The Monkees, murió este viernes a los 78 años de edad.
Nesmith, quien se había sometido a una cirugía de bypass cuádruple en 2018, murió de causas naturales en su casa de Carmel Valley, cerca de la costa central de California, EE.UU., de acuerdo con su familia.
En 1966 el debut de la serie televisiva The Monkees lo convirtió, junto a sus compañeros, en integrante de una banda de rock de la noche a la mañana. El grupo lo integraron Micky Dolenz, Peter Tork, David Jones y Mike Nesmith.
Cada episodio lanzó dos o tres nuevas canciones de la agrupación: seis fueron los 10 mejores éxitos de Billboard durante los dos años en que el programa estuvo en el aire. Otros tres, “I’m a Believer”, “Daydream Believer” y “Last Train to Clarksville”, alcanzaron el número uno en las listas de éxitos.
Con su acento británico y su atractivo juvenil, Jones era el cantante principal. Dolenz se convirtió en el baterista loco, aunque tuvo que aprender a tocar el instrumento a medida que avanzaba el espectáculo. Tork, un músico de folk-rock, fue el bajista medio despistado. Mientras, con su acento vibrante de Texas y el gorro de lana que había usado en su audición, Nesmith se convirtió en el guitarrista principal.
The Monkees ganó el Emmy de 1967 a la mejor serie de comedia. Nesmith y Tork, los dos músicos más consumados del grupo, criticaron la negativa del programa de permitirles tocar sus propios instrumentos durante las sesiones de grabación. Pero cuando Nesmith reveló ese hecho a los reporteros, los críticos rápidamente se volvieron hacia el grupo, considerando el programa un fraude y a la banda como los “Prefab Four”, una referencia burlona al apodo de los Beatles, Fab Four.
Nesmith había escrito varias canciones que esperaba estrenar en el programa, pero casi todas fueron descartadas por el productor musical por sonar “demasiado country”. Entre ellos estaba “Different Drum”, un gran éxito de Linda Ronstadt en 1967.
Las cosas llegaron a un punto crítico cuando los cuatro Monkees exigieron tomar el control de la música. Se les advirtió que serían demandados por incumplimiento de contrato. Ante eso, Nesmith se levantó de su asiento y estrelló su puño contra una pared, diciéndole al productor que podría haber sido su cara.
Durante años, Nesmith se negó a confirmar o negar el incidente, incluso cuando los otros tres lo contaron a la prensa. En sus memorias, Infinite Tuesday, finalmente lo reconoció y dijo que había perdido los estribos cuando sintió que su integridad estaba siendo cuestionada.
“Fue un momento absurdo en muchos sentidos”, escribió. Sin embargo, le dio a The Monkees el control sobre su música, comenzando por el tercer álbum del grupo, Headquarters. Después de 1968, la banda se embarcó en una larga gira de conciertos, donde los miembros cantaron muchas de sus propias canciones y tocaron sus propios instrumentos ante multitudes de admiradores.
Dolenz, el último miembro sobreviviente de la banda, dijo en Instagram que había perdido a un querido amigo y socio. “Estoy muy agradecido de haber podido pasar los últimos meses juntos haciendo lo que más nos gustaba: cantar, reír y hacer cosas. Lo echaré mucho de menos”, comentó.