En la Florida, ¿qué es peor? ¿Un huracán o el nuevo coronavirus? Depende de si aparecen juntos o separados. Este es el dilema en el que se debate ahora el estado del sol a dos meses del inicio de la temporada de huracanes.
La semana pasada el alcalde de Coral Gables, una ciudad enclavada en el área metropolitana de Miami, manifestó su preocupación por un escenario en el que la pandemia se mezcle con la fuerza de los vientos. Esa preocupación tiene dos vertientes: los recursos para levantar una ciudad devastada por un huracán y, al mismo tiempo, servir de apoyo al personal sanitario en el enfrentamiento al coronavirus.
“El problema de los recursos me preocupa sobremanera porque no creo que el gobierno estatal o el federal tengan gran posibilidad de asistirnos si aparece un huracán y la pandemia no se ha resuelto. Una desgracia representa un enorme esfuerzo, una segunda… Bueno, no quisiera pensar en eso, pero tendré que hacerlo”, dijo el alcalde Raúl Valdés-Fauli.
Según el pronóstico de los especialistas de la Universidad de Colorado, un punto de referencia obligado en el campo de la predicción de huracanes, durante la temporada que comienza el 1 de junio y termina el 30 de noviembre habrá 16 huracanes. Cuatro serían de gran intensidad, o sea, categoría 4 o 5.
En términos de peligro, para la Florida hay 46% de posibilidades de recibir al menos el impacto de cuatro y 45% de que al menos uno toque el sur de la península. El estudio de la Universidad de Colorado recuerda, en su pronóstico, que con el cambio climático las posibilidades de que un huracán categoría 4 afecte al condado Miami-Dade son ahora más elevadas que en el siglo XX, cuando eran de 31%.
Esa es la preocupación de Valdés-Fauli: las posibilidades de que un huracán de categoría 4 caiga sobre el sur de la Florida, que este martes tiene el mayor número de casos de Covid-19, casi 5.000 y 45 fallecidos.
“Tenemos que comenzar a prepararnos a distribuir recursos y trazar nuevos planes. Con esta pandemia no se puede recurrir a los planes de emergencia que usamos todos los años. Hay un nuevo ingrediente este año”, sostiene.
En estos momentos nadie sabe a ciencia cierta cuándo se acabará la pandemia. Muchos especialistas y responsables sanitarios afirman que se puede extender mucho más allá del mes de junio, que la Florida todavía no ha llegado al pico de la enfermedad y que todo pronóstico es prematuro.
Ante esta incertidumbre los empleados municipales, esos mismos que en caso de huracanes constituyen un pilar en la etapa de preparación y recuperación, también están escépticos.
“Si nos atrapa un huracán con el coronavirus arriba, me temo que estaremos ante una situación caótica. No podemos distribuir agua, comida y lonas para proteger los techos porque provocaríamos aglomeraciones, la gente durante los huracanes se altera mucho. Ahora ya están asustados, imagínese con dos tragedias arriba. Acá en el condado no veo nadie hablando de esto. Ahora estamos a tiempo, me pregunto cómo serán las cosas si no alertamos a la gente para esta posibilidad”, dijo a OnCuba un empleado del condado Miami-Dade que trabaja en el departamento de emergencias y no se quiso identificar por no tener el permiso de sus superiores.
Durante la etapa de recuperación de huracanes los bomberos, conjuntamente con la empresa eléctrica, que tiene la tarea de reconstruir la red y restablecer el servicio, son los actores prinicipales. Pero ahora no quisieron comentar sobre la posibilidad de una crisis. Sin embargo un bombero – uno de los que están a cargo de trasladar a los enfermos y a las personas de tercera edad –, le aseguró a OnCuba: “en mi estación todavía no hemos comenzado a abordar un escenario así. Por ahora, lo nuestro es llevar los enfermos de coronavirus a los hospitales o a las unidades de aislamiento”.
En el escenario de un huracán, la gran pregunta es esta: ¿adónde se llevan los casos sospechosos de la tercera edad recluidos en sus casas? ¿Se les deja allí durante el paso del fenómeno meteorológico o los llevan a un refugio junto a decenas de casos perfectamente sanos?