Gobernador de Florida mira hacia la Casa Blanca. No se compromete a cumplir todo el mandato si es reelecto

El debate propició a los electores la rara ocasión de ver a DeSantis contra la pared. Sus reacciones no afectarán su posible reelección.

El primer y único debate entre los rivales a la gobernación de Florida, el actual gobernador republicano Ron DeSantis y el exgobernador y excongresista demócrata Charlie Crist, tuvo anoche apenas una sorpresa: el primero rehusó comprometerse a cumplir el mandato íntegramente en caso de ser reelecto.

Está visto que DeSantis piensa candidatearse a la presidencia el 2024. Una ley en Florida obliga al ocupante de un puesto público a renunciar cuando se postula a otro; o sea, dentro de dos años, porque los mandatos de un gobernador se extienden por cuatro.

Crist acusó a DeSantis de estar demasiado distraído por sus ambiciones políticas nacionales como para liderar adecuadamente. DeSantis eludió varios intentos de Crist para que dijera que cumpliría un segundo mandato completo.

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“Sé que Charlie está interesado en hablar sobre 2024 y Joe Biden, pero solo quiero dejar las cosas muy, muy claras: el único burro viejo y desgastado que busco sacar a pastorear es Charlie Crist”, dijo DeSantis. Más adelante, Crist le contestó: “Ni siquiera dirás si quieres ser el gobernador de Florida después de esta elección”.

Hubo varios enfrentamientos acalorados durante un debate que también cubrió la pandemia de COVID-19, el aborto, el crimen, la educación y temas del presidente Joe Biden. La reunión tuvo lugar el primer día de votación anticipada en todo el estado, cuando ya se han emitido más de 1.1 millones de votos, la mayor cantidad en la nación.

La carrera por la gobernación de Florida puede no ser la elección más competitiva de la nación este otoño, pero no es menos importante para DeSantis, republicano de 44 años educado en Harvard y quien podría lanzar una candidatura presidencial en los próximos meses. Espera usar la reelección en Florida, un estado en el que obtuvo sólo 32 000 votos de los 8.2 millones emitidos hace cuatro años, para demostrar la amplitud y la fuerza de su apoyo.

DeSantis se ha beneficiado de los cambios demográficos en el estado que se ha desplazado hacia la derecha durante su primer mandato. El expresidente Donald Trump ganó aquí por más de tres puntos en 2020 y los republicanos ahora tienen una ventaja de registro de casi 300 000 electores.

El debate ofreció a los electores la rara oportunidad de ver a DeSantis bajo presión. Al igual que muchos funcionarios republicanos destacados en todo el país este otoño, ha limitado sus apariciones sin guión, salvo entrevistas periódicas con medios conservadores amistosos. La aceptación de DeSantis de los temas culturales divisivos pesó mucho en el asunto del horario estelar.

El gobernador republicano defendió específicamente su historial de prohibir que las niñas transgénero compitan en equipos de escuelas públicas destinados a estudiantes atletas identificados como niñas al nacer. También respondió a las críticas de Crist sobre las leyes que firmó que limitan las discusiones sobre raza y orientación sexual en las escuelas y su oposición a los tratamientos de transición de género para menores.

“Crees que sabes más que cualquier médico o cualquier doctor o cualquier mujer”, dijo Crist. “Necesitas liderar uniendo a las personas, no dividiéndolas”.

Sin embargo, DeSantis entretuvo a sus seguidores una y otra vez con su extraordinaria voluntad de luchar, ya sea enfrentando adversarios políticos, el gobierno federal o poderosas empresas de Florida. Crist, un exgobernador demócrata que recientemente se desempeñó en un mandato como congresista demócrata, ha tratado de presentarse como una alternativa moderada para liderar el perenne estado cambiante.

El liderazgo de DeSantis durante la pandemia y el huracán Ian también fueron temas cargados de tensión. Crist señaló que su rival cerró negocios y escuelas en todo el estado al principio de la pandemia y luego ignoró a los especialistas al reabrirlos demasiado pronto, lo que provocó decenas de miles de muertes innecesarias.

“Tuvimos una de las tasas de mortalidad más altas de Estados Unidos, Ron”, casi gritó Crist. Respuesta: “Él pidió cierres severos”, dijo DeSantis. “Hubiera confundido a millones de floridanos”.

Una y otra vez, DeSantis también buscó vincular a Crist con Biden, cuya popularidad está cayendo en Florida y en todo el país. “Charlie Crist ha votado con Joe Biden el 100% del tiempo”, dijo DeSantis, refiriéndose a lo que llamó la  “agenda Crist-Biden”.

Cuando la discusión se centró en la violencia con armas de fuego, ambos candidatos dijeron que apoyarían la pena de muerte para el autor de la masacre en una escuela de Florida, Nikolas Cruz, quien fue sentenciado este mes a cadena perpetua por asesinar a 17 personas en 2018 a asaltar la secundaria Marjory Stoneman Douglas High, en Parkland.

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En su ofensiva verbal, el gobernador agregó que presionaría a la legislatura para que cambie la ley estatal que requiere un jurado unánime para las sentencias de muerte, lo cual fue un pifia monumental porque eso es precisamente lo ya exige la ley y pondría al estado en minoría en medio de los sistemas judiciales de la mayoría del país.

“Voy a pedirle a la legislatura de Florida que enmiende ese estatuto para que un miembro del jurado no tenga poder de veto sobre el castigo apropiado”, dijo DeSantis, una frase poco clara pero que su contendiente no pidió aclaraciones.

Crist también buscó hacer del aborto un enfoque clave, siguiendo el libro de jugadas de los demócratas en todo el país, a raíz de la revocación de Roe v. Wade por parte de la Corte Suprema, que es la codificación de la ley, permitiendo el aborto en las primera 15 semanas y que Biden ha prometido materializar si los demócratas ganan estas elecciones del 8 de noviembre.

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