La corrupción entierra definitivamente la carrera política de Bob Menéndez

Retiró este viernes su candidatura como independiente al Senado estadounidense. Su condena por 16 cargos criminales, que se conocerá el próximo 29 de octubre, podría llevarle a pasar el resto de su vida tras las rejas.

Foto: Sarah Yenesel/EFE/EPA.

El senador de origen cubano Robert Menéndez retiró este viernes su candidatura como independiente al Senado estadounidense, poniendo fin a una larga carrera política que comenzó en 1973, cuando aún era estudiante de Derecho.

“Le informo que deseo que mi nombre sea retirado de las listas”, escribió Menéndez en un lacónico mensaje dirigido a la responsable interina del Comité Electoral de Nueva Jersey, Donna Barber.

El mensaje de Menéndez coincidió con el anuncio, también este viernes, del nombramiento de su reemplazante en el Senado a partir del 20 de agosto.

El gobernador de Nueva Jersey, el también demócrata Phil Murphy, anunció que George Samir Helmy representará al estado en lo que queda de legislatura, que termina en enero, precisó un despacho de la agencia francesa AFP.

“Es un trágico final para una larga y productiva carrera en el servicio público”, comentó Murphy sobre Menéndez, considerado uno de los senadores de origen latino más poderosos que se sentó en el Congreso estadounidense.

Nacido en 1954 en Nueva York e hijo de padres cubanos (carpintero él, costurera ella), Menéndez se graduó de abogado en la Rutgers School of Law-Newark en Newark, y en 1980 fue admitido en el Colegio de Abogados de Nueva Jersey, ejerciendo como jurisconsulto de forma privada.

Tempranamente, con 19 años, inició su carrera política siendo aún estudiante y llegó al Senado de Nueva Jersey en 1991.

Como presidente de la Comisión de Asuntos Exteriores del Senado, cargo que dejó cuando fue inculpado hace 11 meses por la justicia, Menéndez mantuvo una influencia considerable en los rumbos que tomó la política exterior estadounidense.

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Senador desde 2006 y antes miembro de la Cámara de Representantes durante 14 años, Menéndez mantuvo siempre el dedo en el gatillo para abrir fuego contra la normalización de las relaciones con Cuba, además de conducirse como un enemigo jurado de Venezuela y China, y un apasionado defensor de Israel y sus políticas de colonización de territorios palestinos.

Tras dos meses de juicio, un jurado popular el pasado 16 de julio le declaró culpable de 16 cargos por soborno, fraude, extorsión, obstrucción a la justicia y de recibir pagos para actuar como agente de gobiernos de Egipto y de ayudar a un fondo de Catar.

Su condena, que se conocerá el próximo 29 de octubre, podría llevarle a pasar el resto de su vida en la cárcel.

La policía encontró durante un allanamiento en 2022 del domicilio de Menéndez y su esposa, Nadine Arslanian, más de 480 mil dólares en metálico escondidos entre ropa y zapatos y en una caja fuerte, así como 13 lingotes de oro valorados en 150 mil  dólares.

Según la fiscalía, el exsenador utilizó su poder e influencia entre 2018 y 2022 para ayudar, junto a su esposa, a los empresarios Wael Hana, Fred Daibes y José Uribe, a cambio de sobornos.

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La penalidad que conllevan los cargos de extorsión y fraude electrónico implican una condena máxima de 20 años de prisión por cada uno.

En ese sentido, el senador enfrentaría un máximo de 222 años por la acumulación de los 16 cargos.

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