Los Oath Keepers o Guardianes del Juramento, una referencia a la Constitución de Estados Unidos, son una organización de la ultraderecha.
Y también estuvieron entre los principales protagonistas del asalto al Capitolio, el fracasado golpe de Estado del 6 de enero de 2021. Sus principales dirigentes han sido llevados a juicio y 22 condenados a diversas penas de cárcel tras declararse culpables o encontrados culpables por un jurado.
Este jueves Stewart Rhodes, su fundador, fue condenado a 18 años de cárcel por encabezar una conspiración a fin de intentar mantener en el poder al expresidente Donald Trump luego de la victoria del actual mandatario, Joe Biden.
Es condena es la más fuerte dictada hasta el momento por ese ataque. Rhodes comandó el asalto desde el exterior.
Según el juez de distrito Amit Mehta, no se puede permitir “en absoluto” que “un grupo de ciudadanos, solo porque no les gustó el resultado de las elecciones, ni creían en que la ley se cumplió como debería, fomenten una revolución”.
“Eso fue lo que usted hizo”, le dijo al acusado.
El pasado 29 de noviembre Rhodes fue declarado culpable de conspiración para cometer sedición por un jurado federal en Washington. Durante el asalto al Capitolio, que dejó cinco fallecidos y más de 140 agentes heridos, se mantuvo fuera del edificio supervisando la operación en la que seguidores de Trump irrumpieron en la sede del Congreso mientras estaban reunidas las dos cámaras para certificar la victoria electoral de Biden.
La defensa de Rhodes trató de convencer al jurado de que los grupos armados de los Oath Keepers, apostados en hoteles alrededor de la capital, no tenían intención de impedir la confirmación de Biden sino de “reaccionar” en caso de que Trump les pidiera intervenir, lo que de hecho vino a suceder cuando el exmandatario exhortó a los extremistas a dirigirse al Capitolio diciendo que él los acompañaría.
Según la organización, el entonces presidente hubiera podido realizar esa petición en virtud de una norma de 1807 que le permite al comandante en jefe de las Fuerzas Armadas pedir a grupos paramilitares ciudadanos hacer cumplir la ley.
Pero la fiscalía consideró que los integrantes del grupo ya habían decidido optar por la violencia para impedir la confirmación, al margen de lo que dijera Trump.
Los Oath Keepers son una organización poco estructurada vinculada a milicias ciudadanas. Centra sus reclutamientos en exmilitares, policías y personal de primeros auxilios.
Otro acusado, Kelly Meggs, debe ser también sentenciado este jueves junto a ocho personas, igualmente por “conspiración sediciosa”.
Meggs encabezó un grupo de 14 individuos hasta el interior del Capitolio, donde se dividieron en dos grupos de siete. Uno dirigido al Senado y otro a la Cámara de Representantes.