Primero fueron los indocumentados, que tras la aprobación de una ley por parte del gobernador Ron DeSantis comenzaron a abandonar Florida dejando decenas de trabajos por hacer, trabajos que los estadounidenses comunes rehusan.
Pero ahora son los jóvenes quienes, sencillamente, no aguantan el alza del costo de vida, la dificultad de lograr una casa decente, los salarios bajos, y una calidad de vida propicia para tener hijos. Por esa razones están abandonando el sur de Florida, y Miami en particular. Se están yendo a otras ciudades como Austin, Denver o Dallas.
Un estudio reciente de la firma Today’s Homeowne, tuvo en cuenta datos de la oficina del Censo nacional y referencias de sondeos en varios estados. Asegura que cerca de 3 000 jóvenes de 25 años o menos han abandonado Miami-Dade durante los últimos doce meses.
“Dependiendo de la etapa de la vida, hay factores que empujan y entran en acción a la hora de tomar la decisión acerca de si mudarse o no”, señaló Sam Wasson, el autor del informe.
Pero los que se van no pertenecen a empleos menores. Entre ellos sobresalen médicos, enfermeros, especialistas en informática y personal académico calificado que la ciudad necesita para ser competitiva y atraer la atención de grandes empresas, que, a su vez, producen mejores empleos y remuneraciones.
“Con eso en mente, el equipo de investigaciones de Today’s Homeowner analizó los datos para comprender mejor adónde se mudan las personas, de dónde se mudan y cómo difieren los patrones de mudanza de cada generación”, explicó el autor.
Tanto el precio de la vivienda como el aumento de los alquileres en el sur de la Florida se han disparado en los últimos dos años. Hace unas semanas el tasador de la vivienda del condado Miami Dade, Pedro J. García, hizo sonar las alarmas. “Dentro de cinco años sera muy difícil vivir en Miami”.
En el caso de Miami, el aumento de alquiler superó el 32 %, con una media mensual de 2 800 dólares por apartamento, lo que significa 33 600 dólares al año, mientras el salario promedio por hogar, según Miami-Dade Matters, que valora los índices del nivel de vida, la salud y otros pormenores de la población en nuestra zona, ronda los 54 000 dólares anuales.
“Quienes han tenido mejor suerte, han comprado apartamentos, incluso caros, en la zona de Brickell o Miami Beach, pero otros que apenas ganan 45 000 dólares no tienen con qué comprar”, comentó Fabio Gutiérrez, agente de la agencia inmobiliaria Miami Rent & Buy.
El gobierno del condado Miami-Dade y demás autoridades municipales cuentan con programas especiales que atraen la atención de grandes empresas que crearían empleos calificados. Pero no han funcionado. Este fue el caso, por ejemplo, de la propuesta a la distribuidora Amazon para que estableciera una subsede en el condado floridano.
Hace apenas un par de años el alcalde de Miami, Francis Suárez, que ahora aspira la presidencia de Estados Unidos, tomó la iniciativa de promover a la ciudad como espacio para nuevos negocios. Incluso la revista Forbes aseguró en aquel momento que la urbe floridana había superado a Nueva York y San Francisco para hacer nuevos negocios.
Pero el incremento inmobiliario y los bajos salarios terminaron por jugarle una mala pasada.