En la medida en que el impacto de la pandemia de la COVID-19 se va atenuando, vuelven a salir a flote las consecuencias del consumo de estupefacientes en Estados Unidos.
Según el Centro de Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés), más de 107.000 personas murieron por sobredosis de drogas en ese país el año pasado, una estadística sin precedentes que refleja la magnitud de la epidemia que aqueja a Estados Unidos, y que significa que, en promedio, un estadounidense muere por sobredosis cada cinco minutos.
La cifra representa tambien un incremento de 15 % en relación al año pasado.
Para la doctora Nora Volkow, directora del Instituto Nacional para el Combate al Abuso de Drogas, el dato es “realmente espeluznante”.
Las muertes por sobredosis en Estados Unidos han aumentado todos los años desde hace más de dos décadas. La tendencia empezó en los años 90 del siglo pasado, debido a la prevalencia de analgésicos opioides, aunque en años más recientes han dominado otros como la heroína y el fentanilo.
El año pasado, las sobredosis de fentanilo y otros opioides sintéticos superaron las 71.000, un aumento de 23 % comparado con el año previo. Hubo también un alza de un 23 % en las muertes por cocaína y un aumento de 34 % en las muertes por metanfetaminas y otros estimulantes.
En ocasiones las muertes por sobredosis se deben a más de una droga. Hay quienes ingieren distintas sustancias y a veces los traficantes combinan el fentanilo barato con otros estupefacientes, incluso sin el conocimiento del comprador, según los expertos.
“El efecto neto es que muchas personas, incluyendo quienes consumen drogas ocasionalmente e incluso adolescentes, están expuestas a estas sustancias potentes capaces de causar una sobredosis incluso con una pequeña cantidad”, dijo Volkow.
De acuerdo con los especialistas, la pandemia de la COVID-19 agravó la crisis, ya que muchas personas quedaron aisladas y la atención médica se hizo más difícil.
Las muertes por sobredosis variaron de región en región en el país norteamericano. En Alaska aumentaron 75 %, el porcentaje más alto de todos los estados, mientras que en Hawai disminuyeron 2 %.