Además de “Masculino” o “Femenino”, las personas ahora podrán elegir una “X” en el cuadro de género.
Las personas nacidas en la ciudad de Nueva York ahora pueden tener una “X” en la categoría “género” de su certificado de nacimiento. El alcalde Bill de Blasio lo ha decretado como ley, haciendo de Nueva York el quinto lugar en los Estados Unidos que reconoce oficialmente a las personas que no quieren identificarse con el género femenino o masculino. California, Oregon, el estado de Washington y el estado de Nueva Jersey ya lo permitieron.
De Blasio explicó que esta ley pretendía permitir que los neoyorquinos le dijeran al gobierno quiénes eran y no al revés. La M para hombre o la F para mujer podrá reemplazarse por una X y no hará falta siquiera una declaración jurada ni tampoco se requerirá consejo médico.
Para Tanya Asapansa-Johnson Walker, una activista transgénero que estuvo presente en la ceremonia de firma de ley, “este cambio puede parecer pequeño pero es monumental”. Esta ley fue solicitada por varios grupos de activistas encuadrados en el Proyecto de Reconocimiento Intersex y Genderqueer (proyecto para el reconocimiento intersexual y no binario). Toby Adams, su director ejecutivo, aplaudió la ley cuando se presentó en junio. Afirmó que la imposibilidad de que algunas personas tengan un estado civil correspondiente a su identidad era una “falta de respeto por su humanidad”.
El cambio no es reconocido a nivel federal. En 2014, Nueva York ya había aprobado una ley que facilitaba el cambio del estado civil de las personas transgénero al eliminar los requisitos de cirugía y cambio de nombre. Sin embargo, tanto eso como la novedad en los certificados de nacimiento está restringida a la ciudad de Nueva York, y aún está por verse si surgirán problemas en los estados que no reconocen la X.
Además, para cambiar el género en su pasaporte (a nivel federal), un médico debe certificar que la persona en cuestión “está siguiendo un tratamiento clínico”. Y solo se reconoce masculino o femenino. En septiembre, un tribunal de Denver dictaminó que el Departamento de Estado no tenía el derecho de rechazar un pasaporte neutral si la persona había obtenido la identidad intersexual en alguno de los Estados de la Unión.