El expresidente estadounidense Barack Obama no hace ilusiones sobre lo que pasa hoy día dentro de los republicanos. En su opinión, el mandato de su sucesor, Donald Trump, alteró totalmente la sustancia del partido conservador a punto de renegar la mayoría de sus postulados históricos.
“Los han intimidado para que acepten una serie de posturas que hace cinco años o una década serían irreconocibles y inaceptables”, por lo cual “me preocupa de sobremanera el estado de la democracia actual en Estados Unidos”, dijo Obama, en una extensa entrevista a la cadena CNN, que ha sido retransmitida varias veces esta semana por su importancia.
El expresidente, que ocupó la Casa Blanca durante dos mandatos, del año 2009 al 2017, dijo que nunca pensó que algunos de los “espíritus oscuros” que comenzaron a surgir dentro del partido republicano durante su gobierno se volverían tan oscuros a punto de lograr controlar un nuevo pensamiento sobre el ideal democrático.
“Tenemos que preocuparnos cuando uno de nuestros principales partidos políticos esté dispuesto a adoptar una forma de pensar sobre nuestra democracia que sería irreconocible e inaceptable incluso hace cinco años o hace una década”, comentó Obama, para quien el ejemplo “más claro” de lo anterior ha sido el golpe de Estado fallido del 6 de enero, a consecuencia del cual “grandes porciones de un Congreso electo están de acuerdo con la falsedad de que hubo problemas con las elecciones”.
El asalto al Capitolio de Estados Unidos por partidarios de Trump se produjo el mismo día en que 147 congresistas republicanos votaron para no certificar la victoria electoral de Joe Biden en estados clave. La falsedad de que le robaron las elecciones de 2020 ha sido impulsada por el propio expresidente, quien desde entonces ha aplaudido las infundadas auditorías republicanas de las elecciones.
Cuando se le preguntó acerca de los líderes republicanos que se opusieron brevemente a Trump después de la insurrección, Obama dijo: “Y luego, de repente, todos volvieron a la línea. La razón de ello es porque la base lo creyó y la base lo creyó porque esto se lo había dicho no solo el presidente, sino los medios de comunicación afines”.
Y agregó: “Mi esperanza es que la marea cambie. Pero eso requiere que cada uno de nosotros comprenda que este experimento en democracia no ocurre automáticamente”.
La conversación con CNN es la primera entrevista de fondo desde la publicación del primer volumen de sus memorias presidenciales, donde habló extensamente sobre cómo su histórica elección en 2008 creó una ola de agitación amarga y divisiva que alimentó el obstruccionismo de los republicanos y finalmente cambió el partido a su versión actual. Trump, argumenta Obama en el libro, resume esto, porque a “millones de estadounidenses asustados por un hombre negro en la Casa Blanca, les prometió un elixir para su ansiedad racial”.
Pero Obama también miró más allá de Trump en las memorias y señaló que el verdadero auge de este tipo de republicanismo comenzó cuando el senador de Arizona John McCain, el oponente de Obama en 2008, eligió a la entonces gobernadora de Alaska, Sarah Palin, como su compañera de fórmula.
“A través de Palin, parecía como si los espíritus oscuros que habían estado acechando durante mucho tiempo en los límites del Partido Republicano moderno… estuvieran hallando su camino hacia el centro del escenario”.
En la entrevista, Obama elogió algunos republicanos por proteger las elecciones presidenciales, en particular al secretario de Estado de Georgia, Brad Raffensperger, de quien dijo que era “muy valiente”, a pesar de haber sido “brutalmente atacado (por los republicanos afines a Trump) por ello”.
Raffensperger se convirtió en el blanco de la ira republicana después de defender los resultados de las elecciones en Georgia, lo que le dio el estado a Biden. Trump ha respaldado al principal rival de Raffensperger, la representante Jody Hice.
Pero algunos de los comentarios más profundos del expresidente se produjeron cuando se le preguntó sobre las causas fundamentales de las profundas divisiones en el país, divisiones que Obama atribuyó, en parte, a preguntas sobre fuentes de información y raza.
“Ocupamos mundos diferentes. Y se vuelve mucho más difícil para nosotros escucharnos, vernos”, dijo. “Es más, tenemos más estratificación y segregación económicas. Combina eso con la estratificación racial y el aislamiento de los medios, por lo que no solo tenemos (al célebre periodista de los 50 a los 70) Walter Cronkite dando las noticias, sino que tenemos mil lugares diferentes”, dijo Obama. Y, a consecuencia, “todo eso ha contribuido a esa sensación de que no tenemos nada en común”.
Así las cosas, puntualizó el exmandatario, la solución “son más reuniones cara a cara donde las personas escuchen las luchas e historias de los demás”.
“La pregunta ahora es cómo creamos esos lugares, esos lugares de encuentro para que la gente haga eso, porque ahora mismo, no los tenemos y estamos viendo las consecuencias de eso”, afirmó.
Al final, explicó, todo se resume a una cuestión de raza y la división que eso ha creado este año 2021. “En el corazón de algunas de estas divisiones, está la raza, una línea divisoria que definió nuestro ascenso en la política y la elección como el primer presidente negro”, aseguró Obama, quien dijo que “sigue siendo difícil para la mayoría de los estadounidenses blancos reconocer que pueden estar orgullosos de este país y sus tradiciones y su historia y nuestros antepasados”.
Son “cosas que están sucediendo”, puntualizó.
“Los vestigios de eso perduran y continúan”, dijo Obama. Y “la verdad es que cuando traté de contar esa historia, muchas veces mis oponentes políticos deliberadamente no solo la tapaban sino que trataban de explotarla para su propio beneficio político”.