El hecho de que las elecciones en Estados Unidos se celebren los martes tiene una explicación histórica. Durante el siglo XIX era fundamentalmente una sociedad religiosa y agraria. Los domingos eran días de descanso y adoración, y por consiguiente no se podían utilizar para votar. Los miércoles a menudo eran días de mercado y de ventas de productos del agro.
Para muchos agricultores votar en la ciudad requería tiempo de viaje, por lo que los lunes y jueves tampoco funcionarían. Los martes terminaron siendo la mejor opción.
El mensaje era obvio: la política está bien, pero subordinada a cosas más importantes.
El Súper Martes moderno es, sin embargo, bastante reciente. Se considera que el primer Súper Martes, como tal, fue el 13 de marzo de 1984, cuando nueve estados –Washington, Nevada, Oklahoma, Hawái, Massachusetts, Rhode Island, Alabama, Georgia y Florida– votaron junto a Samoa Americana y los demócratas que estaban en el extranjero.
El Súper Martes es lo más parecido que hay a una primaria nacional. Hoy martes 3 de marzo catorce estados las celebran.
En total, habrá en juego 1.357 delegados en la Convención nacional demócrata, aproximadamente un tercio del total. Esta es la primera razón de su importancia.
La segunda: si a lo anterior se agregan los 155 delegados asignados de los estados de votación temprana –Iowa, New Hampshire, Nevada y Carolina del Sur–, al terminar el Súper Martes estamos hablando de casi el 40% del total de delegados que van a la Convención demócrata, a celebrarse en julio.
Si un candidato va delante por un amplio margen, podría resultar matemáticamente difícil para otros disputarle la nominación. El Súper Martes entonces podría bien decidir la carrera de los candidatos –o estar muy cerca de hacerlo.
Las encuestas marcan que Bernie Sanders es el favorito, seguido por Joe Biden, Elizabeth Warren y Michael Bloomberg.
Sin embargo, encuestas de última hora arrojan que el ex vicepresidente Joe Biden está ganando terreno después de su victoria en Carolina del Sur.
Hay una avalancha de apoyos a Biden por parte de los moderados, ansiosos por detener a Bernie Sanders.
En California, el mayor premio para los contendientes –por la cantidad de delegados que aporta– una encuesta de Data for Progress encontró a Sanders con un 32% y a Biden con un 27%. Las encuestas de Swayable y AtlasIntel daban a Sanders una ventaja de 8 puntos.