El presidente Donald Trump, buen conocedor de lo imprevisible y lo dramático, no dejó de sorprenderse con la semana agitada que recién acaba en Washington, al afirmar el viernes por la mañana, mientras recibía al presidente de Paraguay en el Despacho Oval: “Esta ha sido una semana salvaje”.
Trump y la presidenta de la Cámara de Representantes Nancy Pelosi no están complacidos el uno con el otro en estos días –en medio de los esfuerzos demócratas por echar a Trump de la Casa Blanca–, pero tanto los legisladores como los funcionarios de la Casa Blanca están ansiosos por proyectar una imagen de que han estado enfocados en cualquier cosa menos en los procedimientos polarizantes que consumen cada vez más sus días y sus noches.
Ambas partes parecen decididas a demostrar que además están avanzando hacia un nuevo pacto comercial para América del Norte, mientras apaciguan la guerra comercial con China y aprueban el presupuesto.
Mientras avanza el proceso hacia un juicio político con pasos que chocan con los críticos plazos legislativos de fin de año, Washington parece decidido, por primera vez en la historia reciente, a demostrar que sí es capaz de realizar varias tareas a la vez.
El viernes, mientras la Comisión de Asuntos Jurídicos de la Cámara de Representantes daba el paso histórico de aprobar los cargos de juicio político contra el presidente, Trump ya tenía preparado otros anuncios: nuevos avances en las negociaciones con China, largamente retrasadas, para amansar una guerra comercial de 18 meses.
“Tome nota @SpeakerPelosi: así es como luce el verdadero liderazgo”, dijo en Twitter la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Stephanie Grisham, destacando el acuerdo de la “Fase Uno”.
En el lapso de una hora el martes, Pelosi dio una conferencia de prensa para anunciar los cargos del juicio político contra el presidente y luego atravesó rápidamente el salón para anunciar un acuerdo bipartidista que cumpliera con la máxima prioridad legislativa del año: el acuerdo de comercio México-Estados Unidos-Canadá, conocido en español por su acrónimo T-MEC.
Un día después, cuando la Comisión de Asuntos Jurídicos de la cámara baja se ocupaba de los cargos del juicio político, el pleno de ese mismo cuerpo aprobó un proyecto de ley de gastos de defensa que proporcionaría a los empleados federales 12 semanas de licencia por maternidad o paternidad con goce de sueldo, una de las prioridades de la hija del presidente Trump. El proyecto de ley también dará vida a la prometida Fuerza Espacial de Trump.
Estos momentos incongruentes reflejan el malestar de todas las partes en Washington sobre cómo se desarrollará políticamente el proceso polarizador de juicio político, y el hecho de que muchos votantes en todo el país no ven el juicio político como una alta prioridad. Así que los demócratas y la Casa Blanca están haciendo todo lo posible para demostrar que pueden hacer su trabajo diario, a pesar del drama en la televisión del proceso hacia una posible destitución.
Washington se prepara para más de esos momentos la próxima semana, con la votación prevista para el miércoles para iniciar formalmente el juicio político. Un día antes, el martes, se espera la aprobación del proyecto de ley de presupuesto y el jueves se prevé el visto bueno para el T-MEC.
“Creo que los legisladores demócratas en los distritos indecisos quieren demostrar a sus electores que han hecho algo más que acusar al presidente”, dijo Alex Conant, un estratega republicano y socio de la firma Firehouse Strategies, que ha estado haciendo encuestas sobre la forma en que el proceso de destitución está transcurriendo en los estados cruciales hacia las elecciones.
Conant dijo que espera ver esfuerzos combinados de los demócratas moderados para encontrar áreas en las que puedan trabajar con Trump, incluso mientras lo impugnan.
“Es algo que va contra la intuición, pero el juicio político puede ayudar a la agenda legislativa del presidente”, dijo.
Conant dijo que la Casa Blanca parece decidida a redoblar esfuerzos para mostrar resultados en el año que falta para las elecciones generales. La Casa Blanca busca, agregó, mostrar a los votantes que “no se debe llevar a juicio político a un presidente que está haciendo un buen trabajo”.