Siete candidatos presidenciales republicanos de Estados Unidos se enfrentaron en otro debate el miércoles por la noche, cada uno intentó separarse del grupo para convertirse en el principal rival del expresidente Donald Trump.
Según varios medios de prensa estadounidenses, el tono estuvo muy alejado de la campaña, marcada por los ataques de Trump contra sus rivales y las instituciones democráticas, así como por sus quejas por una serie de procesos penales y civiles contra su persona y sus negocios.
Commentators were divided over who had the strongest performance in the second Republican debate, but most agreed that it likely did little to alter the trajectory of the race or eat into Donald Trump’s lead in the polls.https://t.co/8AN4uJyqAs
— The New York Times (@nytimes) September 28, 2023
Tampoco los moderadores preguntaron por los cargos contra Trump ni por qué las personas en el escenario estaban más cualificadas que él; en lugar de eso, plantearon temas como educación, política económica y la frontera entre México y Estados Unidos.
Los candidatos criticaron a menudo al expresidente en un intento de distinguirse en un momento crítico cuando apenas quedan cuatro meses para que en Iowa se dé inicio formal al proceso de nominación presidencial. Trump se ha mantenido como el candidato favorito, pese a una larga serie de problemas como las cuatro acusaciones penales que incluyen la posibilidad de pasar décadas en prisión.
La ironía como modo de tomar distancia
“Debería estar en este escenario esta noche”, dijo el gobernador de Florida, Ron DeSantis, quien intenta establecerse como la principal alternativa a Trump, a pesar de sus recientes problemas para distanciarse del resto de los aspirantes. “Les debe una explicación del por qué se añadieron 7.8 billones de dólares a la deuda. Eso abrió la puerta a la inflación que tenemos actualmente”.
El exgobernador de Nueva Jersey Chris Christie, quien ha basado su campaña en las críticas a Trump, dijo que el exmandatario “se oculta detrás de los muros de sus clubes de golf y no se presenta aquí a responder preguntas, como el resto de nosotros, que estamos aquí para dar la cara”.
Por su parte Vivek Ramaswamy, un empresario que ha descrito a Trump como “el mejor presidente del siglo XXI”, marcó distancias y dijo que él era su sucesor natural. “Sí, respetaré a Donald Trump y su legado porque es lo correcto”, dijo. “Pero uniremos a este país para llevar al siguiente nivel el proyecto Estados Unidos Primero. Y será otra generación quien lo haga”.
¿Dónde estaba Trump?
Mientras sus oponentes aparecían en la Biblioteca Presidencial Ronald Reagan, en California, Trump organizó un mitin político en Michigan, un estado del Medio Oeste donde los trabajadores automotores están en huelga contra los tres mayores fabricantes de automóviles del país.
Trump pensó estratégicamente que no tenía nada que ganar apareciendo en el mismo escenario del debate cuando las encuestas nacionales compiladas por RealClearPolitics lo muestran con un apoyo del 56% entre los votantes republicanos y con una ventaja de 42 puntos sobre DeSantis. Los demás republicanos están aún más por detrás.
El prolongado discurso de Trump continuó después del inicio del debate. El público abucheó cuando dijo que “estamos compitiendo con los candidatos al puesto”, y se burló de ellos por no atraer a multitudes tan grandes como él.
Incluso horas antes del inicio del evento en Simi Valley, unos 64 kilómetros (40 millas) al noroeste del centro de Los Ángeles, los primeros simpatizantes en aparecer llegaron ondeando banderas de Trump y colocaron una pancarta con la leyenda: “Trump, nuestra última esperanza para Estados Unidos y el mundo”.
El eco en el debate
Los siete candidatos republicanos parecieron sentir el dominio del expresidente e hicieron todo lo que pudieron para cambiar el rumbo de los acontecimientos. “Donald, sé que estás viendo. No lo puedes evitar”, dijo Christie. “Estás evadiendo estas cosas”.
El exvicepresidente Mike Pence se refirió de forma desdeñosa a Trump como “mi excompañero de fórmula”.
Nikki Haley, exgobernadora de Carolina del Sur y exembajadora ante Naciones Unidas, atrajo grandes multitudes y nuevo interés después de su desempeño en el primer debate. Tal como lo hizo en Milwaukee, intentó buscar una pelea con Ramaswamy por su uso de TikTok, una plataforma de redes sociales de propiedad china a la que muchos republicanos tachan de posible herramienta de espionaje de Beijing.
“Sinceramente, cada vez que te escucho me siento un poco más tonta por lo que dices”, declaró Haley.
Tras un primer debate en el que atacó a sus rivales y los tachó de “comprados y pagados”, Ramaswamy intentó mostrar un lado más amable cuando Haley y otros le criticaron. Tras los ataques de Haley sobre su uso de TikTok, respondió que “creo que estaríamos mejor servidos como Partido Republicano si no nos ponemos a lanzar insultos personales”.
Trump y Ucrania, la gran división entre los candidatos republicanos
La sede del debate fue relevante, dado que Reagan es un símbolo republicano cuyas palabras y momentos decisivos aún influyen en la política del partido. Pero, Trump ha transformado incluso el partido y lo ha alejado de Reagan. En su mayoría, los participantes de este segundo debate fueron respetuosos con lo que defendía Reagan, pero tampoco se distanciaron mucho de las posiciones políticas fundamentales de Trump.
Los demócratas, por su parte, alegaron que el debate no importaba. Biden estaba en California en ese momento, en un acto de recaudación de campaña en la zona de San Francisco para su campaña de reelección, que por el momento parece que repetirá el duelo con Trump.
Con información de Ap y Voa.