El presidente Donald Trump realizó una visita sorpresiva hoy miércoles a Iraq, dejando atrás a un gobierno parcialmente cerrado.
La visita se produce una semana después de que sorprendiera a sus asesores de seguridad nacional al anunciar el retiro de las tropas estadounidenses de la vecina Siria, donde han estado luchando contra los militantes del Estado Islámico. El secretario de Defensa, Jim Mattis, renunció abruptamente después del anuncio. La decisión del presidente sacudió a los aliados de todo el mundo, incluso en Iraq.
Quince años después de la invasión de 2003, los Estados Unidos tienen más de 5,000 soldados en Iraq que apoyan al gobierno mientras continúa la lucha contra los focos de resistencia del Estado Islámico. ISIS ha perdido una gran cantidad de territorio en Iraq y Siria, pero aún se considera una amenaza.
Trump enfrentó críticas por no haber visitado a las tropas. En una entrevista en octubre dijo que lo haría “en algún momento, pero no creo que sea demasiado necesario”. Más tarde comenzó a señalar que la visita estaba a la vista.
Su visita se produce en un momento en que su política de Medio Oriente está cambiando. Trump se opuso a las opiniones de sus principales asesores de seguridad nacional al anunciar la retirada de Siria, decisión que corre el riesgo de crear un vacío para que los extremistas prosperen.
El gobierno iraquí ahora tiene el control de todas las ciudades, pueblos y aldeas del país después de librar sus últimas batallas urbanas contra el EI en diciembre de 2017. Pero su situación política, militar y económica sigue siendo incierta. El país continúa experimentando bombardeos esporádicos, secuestros y asesinatos que suelen atribuirse a ISIS.
La decisión sobre Siria finalmente afectará a las aproximadamente 2,000 tropas desplegadas en el país devastado por la guerra. También se dice que el Pentágono está desarrollando planes para retirar hasta la mitad de las 14,000 tropas estadounidenses que todavía prestan servicio en Afganistán.
Durante la campaña presidencial, Trump culpó a Hillary Clinton por el aumento de ISIS debido a la retirada de las tropas estadounidenses de Iraq a fines de 2011 durante su mandato como secretaria de Estado.
Dos de los predecesores de Trump visitaron Iraq. Bush lo hizo en noviembre de 2003, aproximadamente ocho meses después de que comenzara el conflicto. Debido a preocupaciones de seguridad, Bush esperó hasta 2006 para hacer su primera visita a Afganistán.
Obama lo hizo en abril de 2009, el primer año en el cargo, como parte de una gira por el extranjero. Y visitó Afganistán en 2010.
El vicepresidente Mike Pence visitó Afganistán en diciembre de 2017, poco después de que Trump describiera una estrategia para romper el estancamiento en la guerra más larga de Estados Unidos. Pence se reunió con los líderes afganos y visitó a las tropas estadounidenses estacionadas en el país.
Trump no ha visitado Afganistán.