Científicos rusos, entre ellos el físico Konstantín Novosiólov, ganador del Premio Nobel en 2010, y decenas de miembros de la Academia Rusa de Ciencias, escribieron una carta abierta mostrando su rechazo a la invasión a Ucrania. El texto, que fue originalmente publicado en TrV-Nauka, un sitio independiente de noticias científicas, sostiene que la guerra «es injusta y francamente insensata».
«No hay justificación racional», escriben. «Los intentos de utilizar la situación en el Donbass como pretexto para lanzar una operación militar no inspiran ninguna confianza”.
“Está claro que Ucrania no representa una amenaza para la seguridad de nuestro país”, reconocen, al tiempo que lamentan las enormes pérdidas humanas y cómo el conflicto puede hacer tambalear los cimientos del sistema establecido de seguridad internacional.
“La responsabilidad de desencadenar una nueva guerra en Europa recae enteramente sobre Rusia”, afirman.
La carta es una iniciativa de Mikhail Gelfand, especialista en bioinformática del Instituto Skolkovo de Ciencia y Tecnología, junto a otros investigadores. En ella los científicos muestran su cercanía a Ucrania, donde muchos tienen familiares, amigos y colegas.
“Nuestros padres, abuelos y bisabuelos lucharon juntos contra el nazismo. Desatar una guerra en aras de las ambiciones geopolíticas de los líderes de la Federación Rusa, impulsada por dudosas fantasías historiosóficas, es una cínica traición a su memoria”, afirman.
Los firmantes se dicen convencidos de que todos los problemas acumulados en las relaciones entre ambos países pueden resolverse de manera pacífica. Además, sostienen que al desatar una guerra, «Rusia se ha condenado al aislamiento internacional, a la posición de país paria».
Esto significa que los científicos «ya no podremos hacer nuestro trabajo con normalidad: después de todo, realizar investigaciones científicas es impensable sin la plena cooperación con colegas de otros países. El aislamiento de Rusia del mundo significa una mayor degradación cultural y tecnológica de nuestro país en ausencia total de perspectivas positivas. La guerra con Ucrania es un paso a ninguna parte».
«Es amargo para nosotros darnos cuenta de que nuestro país, que hizo una contribución decisiva a la victoria sobre el nazismo, se ha convertido ahora en el instigador de una nueva guerra en el continente europeo», señalan. Por eso, exigen «el cese inmediato de todas las operaciones militares dirigidas contra Ucrania».
La mediática en afán de grandes ganancias nos confunde la realidad con las mentiras dejando a la diplomacia en una función muy triste , donde la historia volverá a comprobar que no siempre lo humano es la prioridad.